Un Mensaje a la Conciencia – NAUFRAGIO DE ESPERANZAS


Un Mensaje a la Conciencia


30 oct 07

NAUFRAGIO DE ESPERANZAS
por el Hermano Pablo

El hombre abordó el puente Golden Gate (puerta de oro) en San Francisco, California, con un envoltorio. El envoltorio, atado con unas cuerdas, parecía de ropas.

Los guardias lo vieron caminar hasta la mitad del puente, pero no le hicieron caso. Era un transeúnte más, y cargar un envoltorio no era delito. Pero al llegar a la mitad, se detuvo un momento, como en contemplación. Cuando sintió que nadie lo miraba, tiró el envoltorio al agua. Luego él mismo se lanzó desde setenta metros de altura.

El hombre era Steven Page, de treinta y cinco años de edad. El envoltorio era su hijita muerta, de tres años. Y en la casa quedaba, muerta también, su esposa de treinta años.

¿Qué significaba todo esto? Era el final de un largo drama hogareño, un drama que lamentablemente es demasiado común. Marido y mujer, felices al principio, tienen una niñita. Luego surgen problemas de desempleo, de borracheras, de infidelidades, de desilusión. Y finalmente, el elemento conspicuo del fin de la historia: el envoltorio que, junto con el protagonista de todo el drama, se lanza a las frías y turbulentas aguas.

¿Qué es lo que lleva a desventuras tan trágicasí ¿Será el estado de la vida en sí? ¿Será el dolor de la pobreza? ¿Será la incertidumbre del mañana? Si la respuesta a estas preguntas es: «Sí», entonces tenemos que preguntarnos: «¿Por qué es que no todos los que sufren así, sucumben ante la presión del dolor? ¿Qué diferencia hay entre unos y otros que cause en unos total desesperación mientras que otros sobreviven el dolor?»

Esa diferencia tiene que ver con un tema que tratamos con frecuencia: la esperanza. Tiene que ver con la actitud con que confrontamos nuestras desventuras.

El que un ser humano tenga que sufrir nunca podrá ser justificado. El hecho de haber crímenes y violaciones nunca será aceptable. Lamentablemente esas injusticias existen. Pero el decir que la vida es injusta, o que el hombre es injusto, no cambia en nada la situación. Tiene que haber otra solución.

Apelando a nuestros sentimientos espirituales, Dios, en forma misteriosa, trae paz interior en medio del dolor. Él mitiga las penas. Él levanta el espíritu. Él aviva la fe y da esperanza de vida eterna.

Si Steven Page, el hombre del envoltorio, hubiera rendido su vida a Cristo, la paz de Dios habría calmado su dolor. Así mismo, si nosotros nos rendimos al Señor, Él nos llenará de esperanza del porvenir. No tenemos que hacer más que probarlo para confirmarlo.

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