«HARÉ DE TI UNA NACIÓN GRANDE, TE BENDECIRÉ…» (Génesis 12:2)

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abraham una gran nacion«HARÉ DE TI UNA NACIÓN GRANDE, TE BENDECIRÉ…» (Génesis 12:2)

George pasó muchos de los primeros años de su vida incómodamente entre casas de huéspedes hasta que un día María Watkins, que era una persona que se dedicaba a lavar ropa y no tenía hijos, lo encontró dormido en su granero. Pero ella no sólo lo hospedo; lo llevó a la iglesia y le presentó al Señor Jesús. Cuando él dejó la casa, se llevó la Biblia que María Watkins le había regalado. María dejó una marca en su vida – y George Washington Carver dejó su marca en el mundo. Este padre de la agricultura moderna fue amigo de tres presidentes así como de Henry Ford y Gandhi. ¡Y Él es nombrado como creador de más de trescientos inventos!

Y lo asombroso es que a pesar de sus inciales desventajas, este huérfano desamparado nunca llegó a estar amargado o gastó un minuto para vengarse. En vez de eso, cada mañana, cuando entraba en su laboratorio, dedicaba una oración a Dios: «Señor, abre mis ojos para que pueda ver…» (ver Salmo 119:18). ¿Cómo podría Dios no bendecir a alguien con esa actitud?

Un gran desafío requiere una gran madurez; por eso Dios se toma el tiempo que fuera necesario para desarrollar nuestro carácter conforme a sus propósitos. Después que le dijo a Abraham: «Haré de ti una nación grande…» (Génesis 12:2), hicieron falta más de veinticinco años de pruebas antes de que el Señor finalmente le confiara un hijo para establecer la nación israelita. Así que, si estás esperando tu «llamado», podría ser que tu carácter necesita aún ser trabajado, y que la tarea que Dios tiene en mente para ti requiere una persona más madura de lo que eres ahora.

Espero que Dios este día te de la gracia para que madurez en tu carácter y sus propósitos, para que la gloria de Dios sea evidente en tu vida a favor de naciones!

Mil Bendiciones!

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