(Parte 2 de 3)
La mujer gentil parecía estar diciendo: «Sí, Señor, yo soy una sucia perrita gentil, pero no te olvides, Señor, que aun los perrillos tienen su porción. Su porción no está sobre la mesa como la de los hijos. La porción de los hijos está en la mesa, pero la de los perrillos está debajo de la mesa. Ahora, Señor, Tú no estás en la mesa, en la tierra de Israel, sino debajo de la mesa, en el mundo de los gentiles. Tú estás en el mismo lugar donde yo me encuentro. No estás en la mesa, donde están los hijos sino debajo de ella, donde se encuentran los perrillos. Señor, recuerda que los perrillos pueden comer las migajas que caen de la mesa». La mujer cananea fue muy lista, y el Señor fue pescado por ella.
En esta sección acerca de la comida, el Señor Jesús no mencionó nada respecto al asunto del lavamiento. Creo que el Señor Jesús hizo esto a propósito para mostrar a Sus discípulos que ellos necesitaban hacer una sola cosa, la cual era comer. Aun si nos encontramos sucios como un perrillo gentil, seguimos teniendo el derecho y la posición para comerle al Señor Jesús. ¡Oh, cómo necesitamos aprender a comerle sin ninguna inhibición! No espere hasta que se haya lavado, venga al Señor tal como está y coma de Él. Como dice un himno: «Tal como soy, vengo». Nosotros también debemos decir: «Señor, vengo a Ti tal como estoy, no necesito cambiar o limpiarme primero; Señor, te necesito y vengo a Ti a comer. Aun si soy un perrillo sucio, vengo a Ti tal como soy». Comer es lo primero y comer lo es todo.
(c) 2008 Living Stream Ministry.
¡Jesus es el Señor!
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