Reflexiones Cristianas Bíblicas – Dios obra en el barro

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Reflexiones Cristianas Bíblicas – Dios obra en el barro

Génesis 2:1-7 : 1 Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
2 Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.(A)
3 Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó,(B) porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.4 Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos,5 y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra,6 sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.

Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. —Génesis 2:7

En una novela de los años 50, hay una escena en la que cuatro aldeanos se confiesan sus pecados unos a otros. Uno de los hombres, Michelis, exclama: «¿Cómo puede Dios dejarnos vivir en la tierra? ¿Por qué no nos mata para purificar la creación?» «Porque, Michelis —respondió otro de los hombres—,

Dios es un alfarero; trabaja con barro».

Esto es lo que Dios hizo literalmente en Génesis. El soberano Creador formó y moldeó a la humanidad por medio de un diseño único. Este proceso implicó el tener que diseñar a un hombre del polvo de la tierra. La palabra formó en Génesis 2:7 describe la obra de un artista. Al igual que un alfarero que del barro moldea y diseña un vaso o alguna otra vasija, el Señor Dios formó a la humanidad de la arcilla.

Dios continuó Su obra con el polvo y el barro al soplar aliento de vida en el hombre y transformarlo en un alma viviente. Esto hizo del hombre un ser espiritual, con la capacidad de servir y tener comunión con el Señor.

Después del pecado de Adán y Eva, Dios siguió obrando en y con el barro al enviar a Su Hijo Jesús a morir por la humanidad, y así regenerar a aquellos que lo reciben, para que disfruten de la comunión con Él. En señal de gratitud, usemos nuestras manos para hacer buenas obras para Su gloria.

4 COMENTARIOS

  1. Como me he sentido de satisfecho al leer esta reflexión, espero que muchos hayan leído este mensaje y lo puedan transmitir a otros

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