Reflexión Diaria – No quiero ir para allá !

Hell Heaven Cielo InfiernoReflexiones Cristianas – ¡No Quiero Ir Para Allá!

«Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno» (Mateo 10:28).

Un conductor americano fue cargado, inconsciente, después de chocar con su coche. Fue conducido para un lugar próximo a una gasolinera. Mientras era socorrido, él volvió en si y, al abrir los ojos, comenzó a se mover frenéticamente. Después de recobrarse completamente, él explicó, a los que lo auxiliaban, el motivo de su desesperación: «La primera cosa que vi, al abrir los ojos, fue la placa «Shell» y alguien estaba enfrente a la letra «S». Lo que leí fue apenas «hell» (infierno, en inglés)!

Mucha gente dice que no cree en el infierno. Para éstos el infierno no existe o es aquí mismo en la tierra. ríen de los que buscan una vida santa y separada y hasta dicen que el infierno debe ser mejor de lo que debería ser el Cielo. Sin embargo, cuando se ven delante de la muerte, un pavor toma cuenta de sus vidas — el ¡de ir para el infierno!

Alguien puede pensar: «¿Y si el infierno mostrado en las Escrituras no existe? ¿por qué yo debo preocuparme? ¿Por qué debo abstenerme de los placeres mundanos si no tengo certeza de que el infierno existe?» ¿Y si existe? ¿Habría valido la pena cambiar la bendición de estar, para siempre, con Jesús, por unos pocos momentos de aparente placer?

Otro puede pensar: «¿Y se yo vivo correctamente, me alejo de vicios y mentiras, pasando mis días alabando a Dios y testificando de las bendiciones de tener a Jesús en el corazón y, al final, descubrir qué el infierno no existe?» Bien, ésa otra persona habrá vivido abundantemente y disfrutado del placer de ser muy feliz aquí en este mundo.

Siempre será mejor vivir en la presencia de Dios. Siempre será más agradable pasar los días debajo de la protección del Señor. Siempre seremos más felices si nos alejamos de los engaños de este mundo.

Estoy convencido de una cosa: no quiero ir para el infierno.
Quiero pasar la eternidad al lado de mi querido Salvador.
Quiero adorarlo noche y día. No quiero estar un segundo siquiera lejos de Su altar. No quiero que mi nombre esté fuera del Libro de la vida. ¡Quiero ir para el Cielo!

Creo que el infierno existe y ¡no quiero, de ninguna manera, ir para allá!

Por Paulo Barbosa

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