La Debilidad y la Biblia – Parte 3

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la-biblia-y-la-debilidad-4La Debilidad y la Biblia – Parte 3

«…SACARON FUERZAS DE DEBILIDAD…» (Hebreos 11:34b)

Hudson Taylor dijo: «Todos los gigantes de Dios eran personas débiles». La debilidad de Moisés era su temperamento, pero el Señor trabajó en él: «Moisés era un hombre muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra» (Números 12:3). La debilidad de Gedeón era su baja autoestima. Sin embargo, Dios le transformó en «…hombre esforzado y valiente» (Jueces 6:12b). La debilidad de Abraham era el miedo. No fue sólo una vez, sino dos las veces que mintió diciendo que su mujer era su hermana para así salvar el pellejo. No obstante, el Señor le transformó en «…padre de todos los creyentes…» (Romanos 4:11b).

Después de que el Señor terminase de moldear a David, el adúltero, dijo de él:
«…varón conforme a mi corazón…» (Hechos 13:22b). Escucha: «El tiempo me faltaría para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas. Todos ellos… sacaron fuerzas de debilidad…» (Hebreos 11:32-34b).

Si la gente ve sólo tus dones, se desanima y piensa: ‘Bueno, me alegro por ti, pero yo nunca seré capaz de hacer eso’. En cambio, cuando ve a Dios usándote a pesar de tus luchas, eso le alienta a pensar: «¡Quizás el Señor pueda usarme a mí también!».

En algún momento de tu vida tendrás que decidir si lo que quieres es impresionar
a las personas o ¡hacer mella en ellas! Puedes impresionarles desde lejos, pero para hacer mella en ellas tienes que acercarte. Cuando lo hagas, éstas podrán ver tus defectos. Más eso está bien: tu cualidad más esencial no es la perfección, sino la credibilidad. ¿Y en qué se basa tu credibilidad?

Precisamente, ¡no pretendiendo ser perfecto, sino siendo honesto!

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