¡Nunca Debes Bajar La Guardia! (1 Corintios 16:13)

Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos (1 Corintios 16:13 RV1960).

A veces, en nuestro caminar cristiano parece estar sembrado de desafíos aún más fuertes que antes de conocer a Cristo. Reflexiona sobre tus primeros encuentros con la gracia divina, cuando tu lealtad se mantuvo firme a pesar de enfrentar tremendos sufrimientos. Mira lo que dice el libro de Hebreos: Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; (Hebreos 10:32).

Como ejemplo quiero que analices la vida de Cristo: «Después de su bautismo… los cielos se abrieron… y se escuchó una voz que proclamó: »Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia» (Mateo 3:16-17). Nota lo siguiente, la Biblia dice que «Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo» (Mateo 4:1). Aquí una clave de vida espiritual: «Primero viene el llamado, y luego el ataque. Así se desarrolla el camino de fe». Pero no olvides, tendrás más victorias que luchas y al final, una victoria total.

Cuando a Pablo fue llamado por Dios al ministerio, también se le concedió «un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que lo atormentara, impidiendo que se enaltezca» (2 Corintios 12:7). Entonces, al decir sí a Dios, prepárate para el ataque. Satanás ataca lo que teme, y lo que más teme es el plan divino para tu vida, el propósito de Dios. Es como en un juego, cuando un jugador destaca, el otro equipo lo ataca porque sabe que puede vencerlo. ¿Entiendes la analogía en ese ejemplo?

Antes de que Jesús iniciara su ministerio, Satanás le ofreció los reinos del mundo; a ti también te hará la misma oferta, así que prepárate para ese día. Por lo tanto, el único refugio seguro radica en permanecer en el «epicentro de la voluntad de Dios». Me encanta esa palabra epicentro, porque es allí donde comienza todo terremoto y se extiende a los confines de la tierra, ¡gloria a Dios! Pero ten cuidado, Noé soportó cien años de desprecio mientras construía el arca, pero al completarla, sufrió deshonra (Se emborrachó). Por esta razón el apóstol Pablo nos advierte: «Estas cosas se escribieron para amonestarnos… Si piensas que estás firme, cuidado de no caer» (1 Corintios 10:11-12). Así que la palabra del cielo para ti hoy es: ¡mantente alerta y no bajes la guarda!