[devocional-domingo] 12 de Noviembre de 2006 – La mina de oro.

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El Todopoderoso será tu defensa, y tendrás plata en abundancia? Tendrás más oro que tierra.  Job 22:25 y 24. Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.  Lucas 16:13. La mina de oro

       El 5 de mayo de 1997 se descubrió una gigantesca estafa que enriqueció a algunos eminentes personajes en la política y las finanzas, y arruinó a miles de accionistas de una ficticia mina de oro en la selva de Borneo.

       Es un simple episodio entre todos los que ilustran la persecución de la fortuna material, por la cual multitudes de personas luchan implacablemente. Moralistas condenaron en vano esa búsqueda obsesiva, enumeraron los daños causados por la sed del oro y los crímenes que provoca. A menudo, ser más rico que el vecino es un móvil más o menos consciente que alienta el corazón humano. No sólo es para vivir mejor, porque en realidad muchos ricos son los miserables esclavos de su fortuna, sino para sentirse superior a sus semejantes y ser considerado así por otros.

       En cambio, sólo se escapa de esa fascinación si se posee algo mejor. Poseer como ?oro?, como fortuna para la vida presente y futura al Todopoderoso mismo, es el privilegio de cada creyente. Pero es necesario escoger: a Dios o a las riquezas; no se puede servir a dos señores. ?Raíz de todos los males es el amor al dinero… Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas… Gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento? (1 Timoteo 6:6-11). ¿Dónde está mi tesoro?

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  Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. – Tercera carta de Juan versículo 2.

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