DEVOCIONAL DIARIO DE PODER

DEVOCIONAL DE PODER

«Porque el reino de Dios no es cuestión de palabras sino de poder.» 1 Corintios 4:20

En estos días nos movemos con programas, estudios, congresos y listados de tareas. La organización que hemos alcanzado es superlativa y la iglesia se mueve al paso de las grandes corporaciones. Estructura de tareas, división de responsabilidades, reportes regulares de resultados y análisis de tendencias. Con la ayuda de la tecnología, sistematizamos los cultos, nos hicimos más ordenados, tenemos más control sobre las ausencias y analizamos la sensibilidad del auditorio según el predicador de turno.

Tenemos grandes cultos, hay poderosa alabanza, tenemos buenos músicos, predicadores preparados, campañas impecables, movilizamos a la juventud, pero nos vamos en palabras. No tenemos el impacto que tenía la iglesia primitiva. Nos falta algo que no podemos encontrar. Perdimos la esencia. Hablamos mucho, pero hacemos poco. Y perdemos fuerza. El barrio de la iglesia no está impactado por nuestras vidas. Nos falta poder.

Pablo había visto este problema en la iglesia de Corinto. Muchos dones impresionantes, mucha orquesta, mucha actividad, pero poca vida cristiana. Había mucho maquillaje, pero poca vida interior. Por eso les recuerda que el reino de Dios no es una cuestión de palabras, de deseos o de proyectos. El reino de Dios es poder.

¿Hace cuánto que no tenés un deseo incontrolable de adorar a Diosí ¿Cuándo fue la última vez que le predicaste el evangelio a alguien? ¿Cómo se llama el último amigo o compañero al que invitaste a una actividad de tu iglesia? ¿Hace cuánto que no orás con poder en público? ¿Cuándo fue la última vez que leiste la Biblia? Perdimos el poder de Dios porque perdimos su comunión. No hay magia en esto. La iglesia primitiva desbordaba e impactaba simplemente porque Dios era su tema cotidiano.

¿Te gustaría volver a la fuente y disfrutar del poder del reino de Diosí Para alcanzar algo que nunca has tenido, tendrás que hacer algo que nunca hiciste. Cuando Dios te quita aquello que tenías agarrado, El no está castigándote, sino simplemente abriendo tus manos para recibir algo mejor. Concéntrate en esta frase: La Voluntad de Dios no te llevará donde la Gracia de Dios no te proteja.

Hoy podés volver a empezar. Hacé un pacto con Dios, pedile que te unja con su Poder, y comenzá de nuevo a vivir el reino de Dios. No pierdas más tiempo. Lo bueno está por llegar

REFLEXIÓN — Viví con poder.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí