CONSEJOS CRISTIANOS – LE PEGAMOS, Y… NO NOS OBEDECE

CONSEJOS CRISTIANOS – LE PEGAMOS, Y… NO NOS OBEDECE

«Tenemos una niña de cuatro años…. Estamos teniendo dificultades con ella con respecto a la disciplina, la obediencia, el respeto hacia nosotros y el acatamiento de órdenes. Se ha tornado rebelde: no obedece, nos pega y nos contesta de forma altanera a pesar de su corta edad.

»Aplicábamos el [método de] no darle lo que deseaba a manera de castigo, sentarla en una silla por tres o cuatro minutos, no ver televisión, etc. Pero ahora hasta le pegamos, y… no nos obedece.

»Estamos desesperados y no sabemos qué hacer….»

Este es el consejo que les dimos:

«Estimados amigos:

»… La mayoría de nosotros llegamos a ser padres sin tener idea alguna de lo difícil que es, y por lo general no se nos ha enseñado cómo serlo. El ser padres es una de las tantas funciones que desempeñamos en la vida diaria, y es normalmente algo que hacemos mientras tratamos de ganarnos la vida, hacer una carrera y realizar nuestros sueños. A nuestros hijos, desde el momento en que nacen, les toca abordar el autobús que es nuestra vida, y presuponemos que ellos se conformarán con el asiento que les tenemos reservado y que cooperarán con nuestros planes.

»Pero el niño nace con su propia voluntad, y a menudo esa voluntad es terca. Algunos niños manifiestan, aun antes de aprender a hablar, que no están conformes con hacer las cosas como queremos nosotros. Quieren hacer las cosas como les place, ¡y dan por sentado que el autobús es el de la vida de ellos y que somos nosotros quienes debemos abordarlo!

»Así se crea el marco para esa lucha que se libra a diario. Nosotros los padres estamos cansados debido a las otras responsabilidades que tenemos, y muchas veces no sentimos ningún deseo de librar una batalla. En cambio, ¡el niño ha ahorrado todas sus energías y está preparado para ganar, cueste lo que cueste! Al principio los incidentes no tienen mayor importancia; pero tan pronto como el niño descubre que puede resistir más que sus padres, comienza a ejercer el dominio que ha adquirido en la relación, exigiendo cada vez más, y ganando con mucha frecuencia. Los padres no se dan cuenta de que han perdido el control absoluto sino cuando ya es demasiado tarde.

»¿Cómo, entonces, pueden los padres recobrar el dominio? ¡No es fácil! Requiere tiempo, dedicación, persistencia y coherencia. Hay que formular reglas sensatas y vincularlas a consecuencias sensatas.

»Posteriormente, cuando el niño haya desobedecido una regla, la consecuencia tiene que cumplirse. Debe ser de inmediato, cada vez, sin falta, vez tras vez, sin que importe lo difícil que sea, ni dónde ni cuándo tenga que llevarse a cabo. Los padres tienen que darle prioridad, dedicarle tiempo, desvelarse si es necesario, y nunca jamás darse por vencidos….

»¡Prepárense para la batalla!

»Linda y Carlos Rey.»

 

Tomado de : conciencia.net

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2 COMENTARIOS

  1. Estimados amigos. La educaciòn y la correcciòn, son responsabilidades que vienen incluidas, juntamente con  el regalo de tener un hijo. Y estas responsabilidades se deben empesar a cumplir en forma disciplinada y constante, desde el momento en que se concibe al hijo en el vientre de la madre. Todo el entorno del hogar, influye en forma determinante en ese embriòn, de tal suerte que si en dicho hogar, no hay un sometimiento a Dios, primeramente, ello y sus consecuencias, se iran incubando dentro de ese ser y se manifestaràn, tarde que temprano. Si ese fue el caso de ustedes, esa podrìa ser, para empesar, una de las razones entendibles, por las que su hijta se comporta asì. Si ustedes son  padres que en la etapa de gestaciòn, no estaban o no estan aun sometidos a la autoridad de Dios, ¿como pueden esperar o exigir que sus hijos se sometan a ustedes?. Dicho poder o privilegio solo se obtiene, cuando primeramente los padres son personas que con su ejemplo, enseñan a sus hijos lo que es el sometimiento. El primner consejo pues que hago, es que se sometan a Dios en base a lo que dice su Palabra. Segundo, que vayan inculcando en su hija los principios de Dios; para ello, servirìa de mucho, el que su hija asistiera a una iglesia cristiana, y conviviera con amiguitas de la misma. Lo que muchas veces no logramos los padres, lo logran las buenas escuelas y las buenas enseñanzas de otros. Segundo consejo: los buenos habitos, son el resultado de la implantaciòn de buenas normas inculcadas, minuto a minuto, hora tras hora, dìa tras dìa, y año tras año. Si usted por cansancio, fastidio, o negligencia deja de aplicar la norma que corresponda,en el momento que se requiere,  luego no se queje, ni culpe ni castigue a su hijo. Por ùltimo: los castigos sin abuso y con amor ayudan a corregir las desviciones que se pudieran presenter en el proceso de educaciòn, pero no se olvide que tambièn los estimulos son necesarios, cuando, por parte del educando, hay cumplimiento. Que Dios los bendiga. Nuesto telefono es el 01 871 7251252. Fernando Y Bety

  2. Estimados amigos. La educaciòn y la correcciòn, son responsabilidades que vienen incluidas, juntamente con  el regalo de tener un hijo. Y estas responsabilidades se deben empesar a cumplir en forma disciplinada y constante, desde el momento en que se concibe al hijo en el vientre de la madre. Todo el entorno del hogar, influye en forma determinante en ese embriòn, de tal suerte que si en dicho hogar, no hay un sometimiento a Dios, primeramente, ello y sus consecuencias, se iran incubando dentro de ese ser y se manifestaràn, tarde que temprano. Si ese fue el caso de ustedes, esa podrìa ser, para empesar, una de las razones entendibles, por las que su hijta se comporta asì. Si ustedes son  padres que en la etapa de gestaciòn, no estaban o no estan aun sometidos a la autoridad de Dios, ¿como pueden esperar o exigir que sus hijos se sometan a ustedes?. Dicho poder o privilegio solo se obtiene, cuando primeramente los padres son personas que con su ejemplo, enseñan a sus hijos lo que es el sometimiento. El primner consejo pues que hago, es que se sometan a Dios en base a lo que dice su Palabra. Segundo, que vayan inculcando en su hija los principios de Dios; para ello, servirìa de mucho, el que su hija asistiera a una iglesia cristiana, y conviviera con amiguitas de la misma. Lo que muchas veces no logramos los padres, lo logran las buenas escuelas y las buenas enseñanzas de otros. Segundo consejo: los buenos habitos, son el resultado de la implantaciòn de buenas normas inculcadas, minuto a minuto, hora tras hora, dìa tras dìa, y año tras año. Si usted por cansancio, fastidio, o negligencia deja de aplicar la norma que corresponda,en el momento que se requiere,  luego no se queje, ni culpe ni castigue a su hijo. Por ùltimo: los castigos sin abuso y con amor ayudan a corregir las desviciones que se pudieran presenter en el proceso de educaciòn, pero no se olvide que tambièn los estimulos son necesarios, cuando, por parte del educando, hay cumplimiento. Que Dios los bendiga. Nuesto telefono es el 01 871 7251252. Fernando Y Bety

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