¿Estamos dispuestos a pagar el precio?
“YO REPRENDO… A TODOS LOS QUE AMO…” (Apocalipsis 3:19)
Dirigiéndose Jesús a la iglesia de los últimos días dijo:
“Tú dices: Yo soy rico… de nada tengo necesidad. Pero no sabes que eres desventurado, miserable, pobre, ciego y estás desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez. Y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso y arrepiéntete” (Apocalipsis 3:17-19).
¡Son palabras duras! ¿Por qué habría de decirnos eso Jesús? Por varias razones:
a) en lugar de creer en el Dios de los milagros del Nuevo Testamento, decimos que Dios ya no hace milagros en nuestros días;
b) hemos tolerado la división por defender la lealtad denominacional;
c) hemos enseñado que el cristianismo consiste principalmente en no hacer ciertas cosas. Por consiguiente, hemos perdido el gozo, puesto que la intimidad con Cristo no se consigue con nuestros logros;
d) muchos de nuestros líderes han dejado de ser ejemplos de siervos y olvidado que Jesús lavó los pies de sus discípulos y que fue montado en un pollino;
¿Dispuestos a Pagar El Precio? (Imagen) Compártela en tu red social favorita.
e) en lugar de usar nuestras bendiciones materiales para alcanzar al mundo para Cristo y cuidarnos de los pobres, las acumulamos y derrochamos en nuestros deleites;
f) nos molesta cuando alguien usa métodos contemporáneos para alcanzar a la generación joven. En lugar de conectar con esa cultura, huimos de ella;
g) en lugar de hacer prosperar nuestros talentos mientras esperamos su venida, (véase Lucas 19:13), eludimos cualquier compromiso. Leemos novelas sobre el rapto cuando deberíamos estar orando por los que están a punto de sufrir el martirio por su fe. ¿Por qué no podemos tener esa clase de fe? ¡Sí podemos tenerla! Pero sólo si estamos dispuestos a pagar el precio.
Carlos, depende mucho de como lo veas. Este «pagar el precio» obviamente no se refiere a las obras que puedo hacer para «ganar algo de Dios». Se refiere más al esfuerzo, sacrificio y diligencia que realizamos al obedecer. Siempre digo que lo espiritual no se puede comprar y mucho menos vender. Muchas gracias por comentar y bendiciones.
A qué se refiere con «Pagar el precio».
Que precio es el que se paga? Y qué es lo que se compra a ese precio pagado?