El Poder De La Pasión En La Biblia

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El Poder De La Pasión Según La Biblia

«…DE NINGUNA COSA HAGO CASO NI ESTIMO PRECIOSA MI VIDA PARA MÍ MISMO, CON TAL QUE ACABE MI CARRERA…» (Hechos 20:24)

Pablo encontró el propósito de Dios para su vida, y de ahí surgió su pasión impresionante. Fíjate:

(a) La pasión te da vigor.

Una persona apasionada con pocas aptitudes supera a otra con muchas, porque alguien que es apasionado actúa con un entusiasmo ilimitado.

(b) La pasión supera al miedo.

¿Qué hace que las personas asuman riesgos, hagan más de la cuenta y realicen lo que sea para alcanzar sus objetivos? La pasión. Mientras haya pasión, no importa cuántas veces fracasen o si otros están en su contra; no se detienen hasta que triunfan.

(c) La pasión te motiva hasta que encuentres lo que estés buscando.

Respecto a la sabiduría, Salomón escribió que si la buscas como si fuera plata y la examinas como a un tesoro, la hallarás (cfr. Proverbios 2:4-5). Hay una historia acerca de Sócrates y un joven muy orgulloso que le preguntó: «Oh, gran Sócrates, he venido a usted para aumentar mis conocimientos». Sócrates le llevó a la orilla del mar y se metieron en el agua hasta que les llegaba a la cintura. «Dime otra vez lo que quieres», dijo, y él le respondió: «Conocimiento». Sócrates lo metió debajo del agua manteniéndolo así durante treinta segundos. Y ahora, ¿qué es lo que quieres?. El joven farfulló: «Conocimiento, oh gran Sócrates». Nuevamente, el filósofo le empujó la cabeza debajo del agua. Al soltarle otra vez, le preguntó: ¿Qué es lo que quieres?. «Conocimiento, oh sabio y…» consiguió proferir antes de que Sócrates lo hundiera de nuevo, esta vez incluso durante más tiempo. ¿Qué quieres?, repitió Sócrates. El joven tosió y jadeó. ¡Aire!, gritó, ¡Quiero aire!.
Sócrates le contestó: «Cuando desees el conocimiento tanto como al aire, lo conseguirás», y el anciano volvió a la playa. Moraleja: ¡sé apasionado!

“…QUE AVIVES EL FUEGO DEL DON DE DIOS QUE ESTÁ EN TI…” (2 Timoteo 1:6)

Las claves para una vida de éxito son el saber quién eres (tu llamado) y lo que se supone que debes hacer (tu destino). Sin estas dos cosas, eres como un pulpo sobre patines: hay mucho movimiento sin que tengas una dirección definida. Otra clave es tener el combustible espiritual y emocional para lograr llegar. Hay dos tipos de personas:

(1) Los de poco “fuego”.

Cuando no te gusta lo que haces, te vuelves como Eduardo, cuya abuela era una amante de la ópera. Cuando él cumplió ocho años, ella le llevó a una obra de Wagner, en alemán. Al día siguiente, Eduardo le escribió una nota que decía: “Querida abuelita, gracias por el regalo de cumpleaños. Era lo que siempre había querido, pero no del todo. Con cariño, Eduardo”. Es muy difícil realizar algo cuando no tienes muchas ganas de hacerlo. Este viejo dicho es muy cierto: “Encuentra algo que te guste hacer tanto que lo harías gratis con mucho gusto, y si aprendes a hacerlo bien, algún día, la gente querrá pagarte para que lo hagas”.

(2) Los sin “fuego”.

Algunos dicen que se sienten quemados. La verdad es que, para empezar, muchos de ellos nunca “se encendieron”. Norman Cousins dijo: “La muerte no es la mayor pérdida en la vida, es lo que muere en nuestro interior mientras vivamos”. Si no tienes cuidado, podrías acabar como el hombre cuya lápida decía: “Murió a los treinta años de edad, y fue enterrado a los sesenta”. No dejes que eso te pase a ti. Cuando encuentres el propósito de Dios para tu vida, la pasión vendrá incluida. ¿Vas a tener que avivar esa “llama”? Sí, y con mucho frecuencia. Pero ella te dará mucha energía y te llevará a tu destino. Continua abajo en la pagina número 2

1 COMENTARIO

  1. Este es un excelente articulo. Muy apropiado para mi realidad actual. Que el Señor me ayude a poner en practica esta sabia enseñanza, y que el Señor los siga bendiciendo grandemente.

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