Pues bien…
Todo lo que vives hoy comenzó porque tú decidiste
tomar un rumbo totalmente opuesto y equivocado a lo
que Dios tenía para tu vida.
Dios te había mostrado la senda que habías de seguir,
pero creíste que tu decisión era la mejor acertada.

Todo te comenzó a ir bien…
Se veían vientos favorables…  al menos tú así creías
que eran, pero de repente la tempestad se volvió más
fuerte al grado tal que todo se te volvió en contra.
Y ¿cómo no…? Si nada menos estabas en contra de la
voluntad de Dios.

Ahora te sientes como Jonás cuando estaba atrapado en
el vientre del pez…
¡Qué penosa situación! ¿verdad?
No puedes avanzar, ni tampoco retroceder, únicamente
esperar el resultado de una agónica digestión.
Es feo hacer la comparación, pero es una realidad…
Pero ya no se puede hacer nada…
Tal perece que todo va encaminado al fracaso rotundo y
fatal.
Cada vez son más, los vientos contrarios que amenazan
acabar contigo.

Sin embargo, es aquí donde la misericordia de Dios
esta dispuesta  a REIVINDICARTE, porque has llegado a
reconocer que lo que hiciste en otro tiempo no era lo
que en realidad ÉL no quería para tu vida.

Dios mira tu corazón arrepentido…   tu corazón
dolido…   tu corazón deseoso de comenzar nuevamente.

Hoy el Señor te pregunta:
¿Quieres que comencemos nuevamente?
Me imagino que tú le dices SI.
Sí Señor, quiero comenzar otra vez…   pero esta vez
bajo tu voluntad y tus lineamientos; no bajo los mios,
ni los de otras personas.

Hoy es cuando le puedes decir al Señor que enderece
todo aquello que tú torciste…
Suspende por un momento de leer y dile que lo haga…
Sumérgete en Sus propositos…   en Su voluntad.

Quiero decirte ahora que nada ni nadie va a estorbar
los propósitos que Dios tiene para tu vida, aunque
todos se opongan con fuerza, aunque ahora te
encuentres en el fondo del agua y con una serie de
obstáculos que te impiden salir a flote.

No le preguntes a Dios cómo lo hará…
Unicamente créele…

Lo único que puedo decirte es que Dios va a dirigir y
a sincronizar todos los acontecimientos que comiences
a vivir con el propósito de sacarte a flote.
Otra vez te abrirá caminos en el desierto y ríos en la
soledad…
Es posible que no entiendas el por qué de muchas
cosas, pero al final no conocerás la vergüenza y la
frustración.

No te lamentes de lo que hiciste en tu pasado, ni
tampoco de lo que dejaste de hacer. Dios es capaz de
hacerlo todo nuevo.
No te desanimes aunque ahora lo veas todo incierto, en
verdad que la asistencia continua y real de Dios
estará acompañandote siempre…
No temas de lo que va a acontecerte, pues todo forma
parte de ese proceso de enderazamiento que Dios estará
operando a tu favor…

TENED ÁNIMO, YO SOY, NO TEMÁIS.
Marcos 6:50.

 José Alfredo Liévano.