Cambios Físicos y Emocionales en los niños y niñas De 7 a 13 Años

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Cambios Físicos y Emocionales en los niños y niñas De 7 a 13 Años

Transformaciones físicas y emocionales en niños y niñas de 7 a 13 años

ASÍ SOY YO

Tengo 7 años

 Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero la gente ignorante no quiere ser corregida ni llegar a ser sabia (Proverbios 1:7, TLA).

  • A los siete años me convierto en un niño muy activo.
  • Tengo mucha energía y generalmente gozo de buena salud.
  • Es cierto que me canso con facilidad, pero también recupero las fuerzas con rapidez.
  • Es importante tener presente que mis antecedentes genéticos, la nutrición y el ejercicio que haga pueden influir en mi crecimiento.
  • Mis habilidades manuales pueden variar y ser diferentes a las de otros niños de mi edad, como tener una buena letra, vestirme adecuadamente, tender la cama o lavar los platos.
  • Las diferencias en estatura, peso y complexión entre los niños de mi edad también pueden ser muy notables.
  • Ten en cuenta que los varones nos desarrollamos de manera más lenta que las niñas.
  • Ya puedo usar la lógica en mi pensamiento, lo que me permite organizar mejor la información en mi cerebro y analizar un problema teniendo en cuenta diferentes aspectos.
  • Desde ahora, me escucharás pedir más explicaciones sobre asuntos que no entienda bien.

Tengo 7 años (niñas)

«Todo el que quiera ser sabio debe empezar por obedecer a Dios. Pero la gente ignorante no quiere ser corregida ni llegar a ser sabia» (Proverbios 1.7, TLA).

  • A los siete años me convierto en una niña muy activa.
  • Tengo mucha energía y generalmente gozo de buena salud.
  • Es cierto que me canso con facilidad, pero también recupero las fuerzas con rapidez.
  • Es importante que tengas presente que mis antecedentes genéticos, la nutrición y el ejercicio que haga pueden tener influencia sobre mi crecimiento.
  • Mis habilidades manuales pueden variar y ser distintas a las de otras niñas de mi edad, como por ejemplo tener buena letra, vestirme de forma adecuada, tender la cama o lavar los platos.
  • Las diferencias en estatura, peso y complexión entre las niñas de mi edad también pueden ser muy marcadas.
  • Ten presente también que las niñas desarrollamos más rápido que los varones.
  • Ya puedo usar la lógica en mi pensamiento, lo que me permite organizar mejor la información en mi cerebro y analizar un problema teniendo en cuenta diferentes aspectos.
  • Desde ahora me escucharás pedir más explicaciones sobre asuntos que no entienda bien.

Lo que pasa de 9 a 13

«Querido jovencito: Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe» (Proverbios 1.8, TLA).

– Debes observar con mucho interés mi desarrollo entre los 9 y 13 años.

– Prepárate para que tu autoridad se vea muchas veces desafiada por mí.

– Mi búsqueda de independencia se presenta como un aspecto normal en mi desarrollo, y no debes considerar esta situación como una actitud de rechazo o que estás perdiendo el control o la autoridad.

– Otro asunto importante a mi edad es que no debes burlarte (ni permitir que otros miembros de la familia lo hagan) acerca de los cambios físicos que comienzan en mi cuerpo, porque esto podría causarme inseguridad y vergüenza.

– Debes tener en cuenta que mi interés por los cambios corporales y temas sexuales es algo natural, y no necesariamente indica que tengo una mala tendencia.

– Por lo tanto, no debes catalogar mis comportamientos e instintos como equivocados, enfermos o inmorales. ¡Incrementa tu paciencia para conmigo a partir de los 9!

Lo que pasa de 9 a 13 (niñas)

«Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe.» (Proverbios 1.8, TLA)

– Debes observar con mucho interés mi desarrollo entre los 9 y 13 años.

– Prepárate para que tu autoridad se vea muchas veces desafiada por mí.

– Mi búsqueda de independencia se presenta como un aspecto normal en mi desarrollo, y no debes considerar esta situación como una actitud de rechazo o que estás perdiendo el control o la autoridad.

– Otro asunto importante a mi edad es que no debes burlarte (ni permitir que otros miembros de la familia lo hagan) acerca de los cambios físicos que comienzan en mi cuerpo, porque esto podría causarme inseguridad y vergüenza.

– Debes tener en cuenta que mi interés por los cambios corporales y temas sexuales es algo natural, y no necesariamente indica que tengo una mala tendencia.

– Por lo tanto, no debes catalogar mis comportamientos e instintos como equivocados, enfermos o inmorales. ¡Incrementa tu paciencia para conmigo a partir de los 9!

¡No ves que ya tengo 12!

«Querido jovencito, acepta mis enseñanzas; valora mis mandamientos» (Proverbios 2.1, TLA).

Me aumenta el apetito, el cansancio y el sueño.

Pero también dispongo de mucha energía y disposición para los deportes.

Pronto voy a parecerte rebelde, encerrado en mí mismo, agresivo e incapaz de dialogar o colaborar.

Es que ya tengo 12 años y estoy entrando en la difícil etapa de la adolescencia.

Debes saber que voy a experimentar crisis y dificultades en muchos aspectos de mi vida.

La metamorfosis por la que comienzo en esta edad es tan profunda como la que ocurre en la oruga para transformarse en mariposa.

Es la fase de mi vida en que me transformo de niño a adulto, y empiezo a buscar mi propia identidad.

En esta etapa empiezo también a tener cambios de carácter espiritual, que me llevan a valorizar bien o mal mi relación con la iglesia, con Dios y con su Palabra.

Por eso desde ahora debes mostrar un especial interés por mis necesidades y temores.

No me dejes solo en esta época de mi vida. ¡Cuento contigo!

¡No ves que ya tengo 12! (niñas)

«Acepta mis enseñanzas; valora mis mandamientos» (Proverbios 2.1, TLA).

Me aumenta el apetito, el cansancio y el sueño.

Pero también dispongo de mucha energía y disposición para los deportes.

Pronto voy a parecerte rebelde, encerrada en mí misma, agresiva e incapaz de dialogar o colaborar.

Es que ya tengo 12 años y estoy entrando en la difícil etapa de la adolescencia.

Debes saber que voy a experimentar crisis y dificultades en muchos aspectos de mi vida.

La metamorfosis por la que comienzo en esta edad es tan profunda como la que ocurre en la oruga para transformarse en mariposa.

Es la fase de mi vida en que me transformo de niña a mujer, y empiezo a buscar mi propia identidad.

En esta etapa empiezo también a tener cambios de carácter espiritual, que me llevan a valorizar bien o mal mi relación con la iglesia, con Dios y con su Palabra.

Por eso desde ahora debes mostrar un especial interés por mis necesidades y temores.

No me dejes sola en esta época de mi vida. ¡Cuento contigo!

Mis cambios de preadolescente

«Dios cuida y protege a quienes siempre lo obedecen y se preocupan por el débil» (Proverbios 2.8, TLA).

La gran noticia es que ahora estoy creciendo de manera muy acelerada.

Sin embargo, entro en la época en que mis transformaciones corporales corresponden también a una serie de cambios sicológicos que me llevan a una nueva relación con mis padres, con el mundo y conmigo mismo.

Vela por mí, pues voy a entrar en un período de inestabilidad, inseguridad, temor y mucha preocupación.

Se trata del paso progresivo de la infancia a la adolescencia, proceso que termina con la pubertad, es decir con mi madurez sexual.

Es el período de formación de la individualidad y donde voy a crear mi propio universo.

A los varones nos aumenta la agresividad y nos volvemos muy vulnerables a la tensión emocional.

Pero no te alarmes. Quiero que sepas que son normales mis fantasías exageradas, mis ansiedades y depresiones.

Para que mis dificultades sean atenuadas en el Señor, es necesario que me ayudes con la Palabra de Dios.

Si me ayudas a practicar lo que dice la Palabra, si me enseñas a vivir de acuerdo con sus normas, estarás moldeando mi vida de la manera correcta.

Pero recuerda que debes vivir también tú de acuerdo con la Palabra de Dios, de manera que te conviertas en mi mejor modelo.

Mis cambios de preadolescente (niñas)

«Dios cuida y protege a quienes siempre lo obedecen y se preocupan por el débil» (Proverbios 2.8, TLA).

La gran noticia es que ahora estoy creciendo de manera muy acelerada.

Sin embargo, entro en la época en que mis transformaciones corporales corresponden también a una serie de cambios sicológicos que me llevan a una nueva relación con mis padres, con el mundo y conmigo misma.

Vela por mí, pues voy a entrar en un período de inestabilidad, inseguridad, temor y mucha preocupación.

Se trata del paso progresivo de la infancia a la adolescencia, proceso que termina con la pubertad, es decir con mi madurez sexual.

Es el período de formación de la individualidad y donde voy a crear mi propio universo.

Pero no te alarmes. Quiero que sepas que son normales mis fantasías exageradas, mis ansiedades y depresiones.

Para que mis dificultades sean atenuadas en el Señor, es necesario que me ayudes con la Palabra de Dios.

Si me ayudas a practicar lo que dice la Palabra, si me enseñas a vivir de acuerdo con sus normas, estarás moldeando mi vida de la manera correcta.

Pero recuerda que debes vivir también tú de acuerdo con la Palabra de Dios, de manera que te conviertas en mi mejor modelo.

¡Quiero acción!

«Piensa bien antes de actuar, y estarás bien protegido» (Proverbios 2.11, TLA).

La mitad de mis amigos de la escuela primaria no pueden estar sentados por más de diez minutos.

Tienen impulsos biológicos tan fuertes que necesitan moverse.

Los varones tienden a requerir más movimiento que las niñas.

Si no nos interesa lo que estamos aprendiendo, tenemos todavía más necesidad de movernos.

Por eso debes crearme muchas oportunidades para que pueda emplear mi energía, como juegos, competencias y excursiones. Estas actividades me harán más fuerte y dinámico.

El deporte a mi edad es muy importante. Además de ser saludable para el organismo, es útil para afirmar mi personalidad.

Practicar un deporte regularmente me enseña solidaridad, espíritu de grupo y disciplina.

¡Quiero acción! (niñas)

«Piensa bien antes de actuar, y estarás bien protegido;» (Proverbios 2.11, TLA).

La mitad de mis amigas de la escuela primaria no pueden estar sentadas por más de diez minutos.

Tienen impulsos biológicos tan fuertes que necesitan moverse.

Si no nos interesa lo que estamos aprendiendo, tenemos todavía más necesidad de movernos.

Por eso debes crearme muchas oportunidades para que pueda emplear mis energías, como juegos, competencias y excursiones. Estas actividades me harán más fuerte y dinámica.

El deporte a mi edad es muy importante. Además de ser saludable para el organismo, es útil para afirmar mi personalidad.

Practicar un deporte regularmente me enseña solidaridad, espíritu de grupo y disciplina.

Cuánto hablo y cuánto escucho

«Querido jovencito, aprende a tomar buenas decisiones y piensa bien lo que haces» (Proverbios 3.21, TLA).

Durante los primeros años de mi edad escolar, debo ser capaz de usar, de forma coherente, oraciones de entre 5 y 7 palabras.

A medida que avanzo en mi aprendizaje, perfecciono la sintaxis y la pronunciación, e incremento el uso de oraciones más complejas.

Te presente que los niños incapaces de expresarnos de manera adecuada somos más propensos a comportarnos agresivamente y a tener rabietas.

El retraso en el desarrollo de mi lenguaje puede deberse a que tenga problemas auditivos o deficiencias en la inteligencia.

Nuestro pensamiento funciona tres o cuatro veces más rápido que el habla. Por consiguiente, surge el mal hábito de no escuchar. Oír depende de la concentración; es percibir mediante el sentido del oído. Escuchar, sin embargo, significa dirigir la atención para oír.

A los 6 años normalmente puedo escuchar y seguir 3 instrucciones o indicaciones de manera consecutiva. Cuando tengo 10 años, la mayoría podemos seguir hasta 5 instrucciones consecutivas.

Los niños con dificultades en entender y seguir instrucciones en serie tratamos de cubrir esta deficiencia volviéndonos contestatarios o haciendo burlas, para evitar vernos en el ridículo de tener que volver a preguntar.

Cuánto hablo y cuánto escucho (niñas)

«Aprende a tomar buenas decisiones y piensa bien lo que haces» (Proverbios 3.21, TLA).

Durante los primeros años de mi edad escolar, debo ser capaz de usar, de forma coherente, oraciones de entre 5 y 7 palabras.

A medida que avanzo en mi aprendizaje, perfecciono la sintaxis y la pronunciación, e incremento el uso de oraciones más complejas.

Ten presente que las niñas incapaces de expresarnos de manera adecuada somos más propensas a comportarnos agresivamente y a tener rabietas.

El retraso en el desarrollo de mi lenguaje puede deberse a que tenga problemas auditivos o deficiencias en la inteligencia.

Nuestro pensamiento funciona tres o cuatro veces más rápido que el habla. Por consiguiente, surge el mal hábito de no escuchar. Oír depende de la concentración; es percibir mediante el sentido del oído. Escuchar, sin embargo, significa dirigir la atención para oír.

A los 6 años normalmente puedo escuchar y seguir 3 instrucciones o indicaciones de manera consecutiva. Cuando tengo 10 años, la mayoría podemos seguir hasta 5 instrucciones consecutivas.

Las niñas con dificultades en entender y seguir instrucciones en serie tratamos de cubrir esta deficiencia volviéndonos contestatarios o haciendo burlas, para evitar vernos en el ridículo de tener que volver a preguntar.

Diferente a los demás

«Pide entendimiento y busca la sabiduría como si buscaras plata o un tesoro escondido» (Proverbios 2.3-4, TLA).

No esperes que todos los niños seamos iguales de tranquilos y callados. Esto nunca será posible, a menos que se perturbe el desarrollo de nuestra individualidad.

Por ejemplo, no te preocupes si prefiero estudiar con la radio encendida. A veces estudio mejor cuando hay ruido. Es posible que el sonido me obligue a enfocar la atención en lo que necesito hacer.

La necesidad de sonidos altos y estridentes es bastante regular en los niños de 7 a 13 años, y aumenta cuando comienza la adolescencia.

Ayúdame a sentirme comprendido. Acepta las deficiencias y limitaciones que pueda tener, pues esto me facilitará en el futuro aceptarme a mí mismo y aceptar también a los demás.

Ayúdame a descubrir que tengo la oportunidad de sobresalir con mis propias características, y veré que no hay nada de malo en ser diferente.

Puedo descubrir que Dios puede usar mis diferencias para su gloria.

Es importante que me apoyes si no me ajusto al modelo común.

Diferente a los demás (niñas)

«Pide entendimiento y busca la sabiduría como si buscaras plata o un tesoro escondido» (Proverbios 2.3-4, TLA).

No esperes que todas las niñas seamos iguales de tranquilas y calladas. Esto nunca será posible, a menos que se perturbe el desarrollo de nuestra individualidad.

Por ejemplo, no te preocupes si prefiero estudiar con la radio encendida. A veces estudio mejor cuando hay ruido. Es posible que el sonido me obligue a enfocar la atención en lo que necesito hacer.

La necesidad de sonidos altos y estridentes es bastante regular en los niños de 7 a 13 años, y aumenta cuando comienza la adolescencia.

Ayúdame a sentirme comprendida. Acepta las deficiencias y limitaciones que pueda tener, pues esto me facilitará en el futuro aceptarme a mí misma y aceptar también a los demás.

Ayúdame a descubrir que tengo la oportunidad de sobresalir con mis propias características, y veré que no hay nada de malo en ser diferente.

Podré descubrir que Dios puede usar mis diferencias para su gloria.

Es importante que me apoyes si no me ajusto al modelo común.

¿Si quieres ayudarme?

-Tu palabra es una lámpara que alumbra mi camino- (Salmo 119.105, TLA).

– Para contribuir a que mi crecimiento sea saludable y equilibrado, debes ser una figura constante y consistente, pero sin dominar ni truncar la identidad que está surgiendo en mí.

– Debes mantener abiertas y claras las líneas de comunicación.

– Me debes alentar a expresarme abiertamente y a hablar de mis inquietudes sin miedo a represalias. No me rechaces cuando hago muchas preguntas.

– Ten en cuenta que a los siete años soy capaz de entender conceptos abstractos y también distinguir perfectamente entre lo real y lo imaginario.

– Pero no puedo todavía expresarme todo lo bien que quisiera. Por eso a veces soy impreciso.

– No me hagas sentir que todos mis errores son pecados, pues eso confundirá mi tabla de valores.

– Algo que me hace muy bien en todas estas épocas de mi vida es la lectura sistemática del texto bíblico. Sepan que me van encantar las historias del Antiguo Testamento y todos los héroes de la fe.

¿Si quieres ayudarme? (niñas)

-Tu palabra es una lámpara que alumbra mi camino? (Salmo 119.105, TLA).

– Para contribuir a que mi crecimiento sea saludable y equilibrado, debes ser una figura constante y consistente, pero sin dominar ni truncar la identidad que está surgiendo en mí.

– Debes mantener abiertas y claras las líneas de comunicación.

– Me debes alentar a expresarme abiertamente y a hablar de mis inquietudes sin miedo a represalias. No me rechaces cuando hago muchas preguntas.

– Ten en cuenta que a los siete años soy capaz de entender conceptos abstractos y también distinguir perfectamente entre lo real y lo imaginario.

– Pero no puedo todavía expresarme todo lo bien que quisiera. Por eso a veces soy imprecisa.

– No me hagas sentir que todos mis errores son pecados, pues eso confundirá mi tabla de valores.

– Algo que me hace muy bien en todas estas épocas de mi vida es la lectura sistemática del texto bíblico. Sepan que me van a encantar las historias del Antiguo Testamento y todos los héroes de la fe.

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