[GRUPOMINISTERIOMUJER] Dios cambia hoy tu nombre

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Año 3 2006	Ministerio Mujer «Este pueblo he creado para mí, mis hechos publicará» Dirección, redacción y edición: Norma Solis Zavala
	Dios cambia hoy tu nombre por: Teresa Perez Génesis 17:5 dice: «Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes». ¿Cuántas veces por día escuchamos nuestro nombre? El nombre de cada una de nosotras es la palabra que más veces escuchamos durante el transcurso de nuestra vida. Generalmente, lo primero que Dios hace con toda persona que ha tenido un contacto íntimo con Él es cambiar su nombre, pues el nombre habla de la naturaleza de la persona. Los nombres tienen un significado y, consecuentemente, una connotación en la vida de la gente. Cuando uno nace se nos da un nombre, y este marca nuestra naturaleza. ¿Usted sabe lo que su propio nombre significa? La gran mayoría, no. Los padres, por lo general, escogen los nombres de acuerdo al sonido, al gusto o a la moda. En cuanto a Abraham, su primer nombre era Abram, que quiere decir «padre enaltecido». Llevaba la naturaleza que le daba su nombre. Y sucedía que su mujer era estéril, ya anciana, de noventa años, y él, aunque su nombre era «padre», no tenía hijos. Un día, Dios le dijo: «Dejarás de llamarte padre enaltecido y pasarás a ser padre de muchedumbres de gentes». De esta forma, Dios le cambió el nombre, cambiando también su naturaleza. Imagínese cuando su mujer lo llamaba: «Padre de muchedumbres, la cena ya está lista», sus vecinos pensarían: «Estos pobres viejitos ya perdieron la cordura, deliran con la obsesión de tener hijos; miren cómo ahora su mujer lo llama padre de multitudes y no tienen ni un descendiente». Pero esa fue su nueva naturaleza cuando Dios lo transformó. Atienda a esto: de Abraham vienen los musulmanes, de Abraham vienen los judíos, de Abraham vienen todos los creyentes. Entonces, el significado de su nuevo nombre se hizo realidad en él, convirtiéndolo en padre de muchedumbres. Muchas de nosotras somos el producto de los golpes que hemos recibido durante toda la vida. Han sido tantas las luchas, que queremos levantarnos y no podemos. Y nos viene a pasar lo de las pulgas amaestradas. ¿Sabe qué hacen con las pulgasí Las ponen en un frasco y, como tienen una capacidad de salto increíble, brincan a su máximo potencial. Pero como tienen la tapa encima, se dan contra ella. Aun así, siguen saltando y se siguen estrellando hasta que eso les duele. A partir de allí, sus saltos comienzan a ser de menor alcance, de tal modo de no pegarse contra la tapa del frasco. Entonces, al acostumbrarse a bajar su altitud en los saltos, les pueden quitar la tapa y ya no saltarán más alto porque tienen la sensación de que la tapa sigue allí. ¿No le ha pasado lo mismo? Usted venía a todo impulso, con toda la fuerza, con todo el ímpetu, confiaba en su capacidad; dio un gran salto y se estrelló. Tal vez, volvió a intentarlo, pero se golpeó nuevamente. Y así varias veces, de forma tal que fue bajando el tenor de sus saltos, y hasta incluso decidió ni siquiera volver a saltar. Así nos sucede a nosotras con los golpes que hemos recibido, han sido tantos que cuando necesitamos pelear contra la adversidad, ni lo intentamos, dejamos las cosas así porque ¿por experiencia nuestras luchas han derivado en fracasos y no sentimos la fuerza para tratar otra vez. Pensamos: «¿Para qué luchar? Las cosas, si se dan, se darán en su tiempo. Yo ya me esforcé y no resultó. Si tiene que ser así, que así sea». Y uno acepta la derrota. Cuando el Señor se encontró con Simón, le dijo: «Simón, hijo de Jonás, a partir de hoy serás llamado Cefas (o sea, Pedro)». El nombre Simón significa «caña». Usted puede ver que la caña débil se dobla con el viento, es inconstante. Puede relacionarse con una persona de doble ánimo, con una persona indecisa e inestable, que un día opina una cosa y al día siguiente opina otra. Eso significa Simón. Pero el Señor le dijo que su nombre pasaría a ser Cefas ?Pedro?. El nombre Pedro significa «roca» o «piedra». Una caña no puede soportar el peso de un edificio, una roca sí. Dios le cambió la naturaleza a Pedro porque sobre él iba a levantarse una buena cantidad de discípulos y necesitaba ser lo suficientemente fuerte para soportar el peso del crecimiento. Más tarde vemos cómo Pedro, por la oportuna intervención divina, es capaz de escribir: «Vosotros también, cómo piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo» (1 Pedro 2:5). Dios tiene que tratar con nuestro carácter y comienza por nuestro nombre, porque este va muy ligado a nuestro comportamiento. Quiere moldearnos, corregirnos, y el principio será cambiando la forma en que nos llame, dándonos un nuevo nombre. Más allá del nombre que nos han dado nuestros padres, el Señor tiene una forma de llamarnos que cambia nuestra existencia. Descubra en la comunión con el Padre, en la dulzura de su presencia, el nombre especial que Dios ha puesto sobre usted. Renuncie a todo apodo o nombre que la haya caracterizado en el pasado como: fracasada, débil, empobrecida, sin vida. Desde hoy el Padre celestial le dice: especial tesoro, la niña de mis ojos, pueblo escogido, hechura mía. Comience a sentir esa nueva identidad; desde hoy usted tendrá las características de su Padre celestial, porque es su verdadera hija. No permita ni un pensamiento negativo hacia su persona, porque su Padre celestial tiene pensamientos de paz y prosperidad para usted. Desde hoy comience a disfrutar el ser llamada hija de Dios.
	Ministerio Mujer es una publicación de: «JESUCRISTO TU ESPLENDOR MINISTERIOS» A. H. Santa María, Mz. «R-1», Lt. 5 – Ate Vitarte. Lima 3. Lima. Perú.
	LA CAPACIDAD DE AMAR POR ENCIMA DE LAS CIRCUNSTANCIAS NACE DEL CORAZÓN DE DIOS HACIA NUESTRO CORAZÓN. AMAMOS PORQUE DIOS NOS AMO PRIMERO Y POR QUE HA DERRAMÓ EN NUESTROS CORAZONES SU ABUNDANTE AMOR POR SU ESPIRITU SANTO QUE HABITA EN NOSOTROS. Saludos y muchas bendiciones: Norma Solis Zavala