Semana Santa y Pascua – Jesús ha muerto

semana-santa-pascua-bibliaLa Semana Santa y Pascua de Resurrección: Jesús ha muerto

«Pero cuando se acercaron a Jesús y vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante le brotó sangre y agua.» Juan 19:33-34

Para los soldados romanos, solo era un reo más. Habían visto muchos y no sería el último. Para los judíos fariseos era el final de un problema social que amenazaba romper el delgado equilibrio con Roma. Para muchos que lo habían seguido, era el final de milagros asombrosos y comida gratis. Para once hombres lejanos, era el final de un sueño. Para las mujeres que estaban al pie de la cruz, era el comienzo de un gran luto.

¿Cómo puede entenderse que el Autor de la vida haya muerto? ¿Se puede acabar la eternidad? ¿Puede Dios morir? En la cruz, sucedieron algunas cosas increíbles y asombrosas. Esta fue una de ellas. Jesucristo acababa de morir.

Siempre los velorios son tristes, no importa quien haya fallecido, se cierne siempre una sombra gris de angustia y soledad. No puedo imaginarme que habrá pasado en el cielo cuando vieron esto. Los ángeles estarían esperando una reacción divina, que demuestre con su eterno poder que Jesucristo tenía autoridad. No podían comprender que se dejara torturar hasta la muerte, mucho menos que muriera.

Solo Dios conocía la razón de esa muerte; pero no le agradaba. La Biblia no dice nada de lo que pasó desde ese momento hasta el domingo de resurrección. Pero seguramente, Dios en su trono también hizo silencio. Su amado y único Hijo acababa de morir, ¿cuánto habrá sufrido Dios en el cielo atando sus manos para no actuar con misericordia ante tanto dolor? Pero Dios no intervino, dejó que Cristo tome la copa de la cruz hasta la última gota y esperó.

Él sabía el final, pero tuvo que esperar tres días. La única razón por la cual Dios esperó y no actuó fue porque estaba pensando en mí. Él sabía que era necesario todo eso para poder salvarme. Que necesitaba una muerte para perdonar pecados, que era imperioso derramar sangre inocente para limpiar mis maldades. Y Dios eligió que Jesucristo muera en mi lugar.

¡¿Cuánto me tiene que haber amado Dios para hacer semejante elección?!

REFLEXIÓN: Jesús murió para que yo pueda tener vida.

Un gran abrazo y bendiciones

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