¿Dónde Está Tu Corazón? Allí Estará También Vuestro Corazón

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Donde esta tu corazón allí esta vuestro tesoro.
Donde esta tu corazón allí esta vuestro tesoro.

¿Dónde Está Tu Corazón? Allí Estará También Vuestro Corazón

«DONDE ESTÉ VUESTRO TESORO, ALLÍ ESTARÁ TAMBIÉN VUESTRO CORAZÓN» (Mateo 6.21)

William Randolph Hearst vivió en el castillo que lleva su nombre. El edificio tenía unos 30.000 metros cuadrados, con un terreno alrededor de más de 100.000 hectáreas. Hubo un tiempo en que este hombre era el dueño de la mitad de la costa californiana. Y coleccionó «cosas» durante 88 años.

Poseía estatuas egipcias de 3.500 años de antigüedad, tapices medievales flamencos, techos antiquísimos esculpidos a mano y algunas de las obras de arte más valiosas del mundo.

Después de pasar ocho décadas coleccionando tesoros, William Hearst murió. Ahora su casa es visitada por miles de personas y todos dicen lo mismo: ¡Cuántas cosas tenía!

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Pasamos por la vida, acumulamos bienes, pero luego morimos, dejando todo eso aquí. ¿Y qué pasa con ellos?

Nuestros hijos se pelean a causa de la herencia. Ellos están vivos y examinan nuestras pertenencias y como si fueran buitres sobre la presa, deciden cuáles quieren llevarse a sus propias casas.

Se dicen a sí mismos: «Ahora esto es mío», pero un día morirán y vendrán otros buitres a apoderarse de ello. Los países van a la guerra a veces motivados por la posesión o la recuperación de tesoros; algunas familias no se hablan por culpa de las herencias; los matrimonios se pelean más por los bienes materiales que por cualquier otro asunto.

Las cárceles están llenas de ladrones, y hay grandes ejecutivos que cometen delitos para adquirir más y más ganancias. ¿Por qué?

Al fin y al cabo, no son más que «cosas». Eso es lo que Jesús apuntaba cuando dijo:

«No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho destruyen, y donde ladrones entran y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho destruyen, y donde ladrones no entran ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Mateo 6:19-21).

Habiendo leído estas palabras, pregúntate: ¿Dónde está mi corazón?. Pues verdaderamente allí estará tu tesoro.

1 COMENTARIO

  1. interesante me gusta todo lo concerniente a la uncion y como podemos obtenerla hoy, creo que el ESPIRITU SANTO nos guia siempre a la oracion rostro en tierra y en el cuarto privado y pasar tiempo en su presensia saludos guillermo desde osorno chile..

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