Sembráis mucho, y recogéis poco; Hageo 1:6

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Sembráis mucho, y recogéis poco; Hageo 1:6

Dios envió un mensaje a través del profeta Hageo a los exiliados que regresaron a sus tierras. Ellos luchaban todos los días y apenas veían los progresos. El Señor les estaba recordando que «consideraran sus caminos». No estaban haciendo lo bueno a los ojos del Señor. En vez de eso, prestaron más atención a sus propias casas que a la construcción del templo de Dios. En el momento que se presta más atención a la creación que al Creador: habrá problemas.

Sembráis mucho, y recogéis poco; Hageo 1:6

Algunos de nosotros somos como los exiliados-estamos trabajando duro todos los días y rara vez vemos algún progreso. Tal vez el Señor nos está diciendo el mismo mensaje para que consideremos nuestros caminos. ¿Tenemos en cuenta al Señor cuando recibimos nuestros salarios para ofrendar o diezmar? ¿Lo tenemos presente cómo hablamos, vivimos e interactuamos con aquellos que no conocen al Señor?

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Sembráis mucho, y recogéis poco; Hageo 1:6

Es fácil para nosotros llevarnos bien con nuestros vecinos; pero, ¿hemos considerado que Dios los ha puesto en nuestras vidas por una razón más profunda?

Cuando consideramos nuestros caminos y cuestionamos nuestro estilo de vida, podemos escuchar a Dios hablar más clara y directamente a nuestras vidas. Cuando decidimos alinear nuestras vidas con lo que sabemos de la palabra de Dios, veremos el fruto de nuestro arduo trabajo. Nuestra energía y nuestro impulso serán renovados por el Espíritu de Dios porque invertiremos más fuertemente en las cosas que son eternas.

Considerar nuestros caminos no es un castigo de Dios; más bien es su gracia y misericordia para guardarnos del engaño de vivir más para nosotros mismos que para sus propósitos. Podemos tener un equilibrio de espíritu, alma y cuerpo en este día y momento si lo buscamos. Dios quiere bendecirnos abundantemente mientras lo ponemos a Él y a Sus planes delante de los nuestros.

Oración:
Amado Señor, Tú eres bueno y tus caminos están por encima de los míos. Guíame a considerar tus planes antes que mis propios planes para que mi trabajo sea fructífero en el cielo y en la tierra. En el nombre de Jesús, amén.

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