La Iglesia Evangélica en Brasil ha explotado en número de templos y corrientes teológicas en las últimas décadas, algo de lo que hablará el renombrado antropólogo Juliano Spyer, autor del libro «Povo de Deus», en el programa «Provoca», presentado por Marcelo Tas en TV Cultura.

La entrevista con Spyer tendrá lugar el martes (5) y deberá revelar lo que las últimas investigaciones han mostrado sobre el crecimiento evangélico en Brasil. Según datos del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), por ejemplo, Brasil registró un aumento del 543% en el número de templos evangélicos entre 1990 y 2019.

Este crecimiento vertiginoso también había sido señalado por una encuesta del Instituto Datafolha en 2016. En aquel momento, la organización constató que «uno de cada tres brasileños de 16 años o más es actualmente evangélico».

Este fue el tema de la investigación realizada por Spyer, que dio lugar a su libro que es una referencia en términos de la visión antropológica del protestantismo brasileño.

El antropólogo vivió en una comunidad, como miembro de una iglesia de la Asamblea de Dios, para analizar el crecimiento religioso de los evangélicos como fenómeno nacional.

Conclusiones positivas

En una entrevista concedida a la revista Senso, Spyer destacó varios puntos positivos de su investigación sobre las iglesias evangélicas, afirmando estar «particularmente sorprendido», por ejemplo, de cómo las denominaciones protestantes favorecen el aprendizaje en regiones periféricas donde el acceso a la educación es precario.

«La iglesia desempeña el papel de una escuela», afirmó. Otro aspecto destacado para el antropólogo fue la rehabilitación social de personas que ya han cometido delitos y el cambio de comportamiento de individuos con un historial de violencia y abuso de sustancias.

«Me impresionó mucho cómo en estos casos, gracias a la conversión, estos hombres se habían convertido en buenos padres, buenos compañeros, ‘luchadores’. No he estudiado este tema; pero entiendo que la iglesia ofrece a la sociedad un valioso servicio, que un amigo evangélico llamó ‘reciclar almas'», dijo.