Los Cristianos y el conformismo

Los Cristianos y el conformismo

«Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.» Filipenses 2:13 (RV 60)

¿Qué hace la diferencia entre una persona conformista que no desea progresar y alguien que siempre busca siempre mejorar en su vida? Simplemente la voluntad. Puede que quien desee mejorar no tenga las mejores oportunidades, ni las situaciones más sencillas a nivel personal, familiar o laboral. Tal vez tenga alguna dificultad física que le dificulta aún más realizar las tareas cotidianas. Pero no abandona.

Juampi en esto es un titán. Obviamente hay cosas simples (que uno hace automáticamente y sin pensarlas), que para él son un desafío descomunal. Pensar hace algunos años que pudiera ir a un colegio y leer era una utopía. Hoy el gordo es un gran alumno, lee y hace cuentas como cualquier otro chico. Y si bien es cierto que le cuesta, se esfuerza para mejorar cada día.

Juampi aprendió el secreto de no dejarse aplastar por el conformismo. Sería mucho más cómodo tirar la toalla y no trabajar más. Es más sencillo y genera menos conflicto. Pero te aplasta. Cortás tus posibilidades de seguir creciendo y te estancás.

Espiritualmente, funciona igual. Por eso es tan importante la voluntad de no detener el desarrollo. Y Pablo nos deja su gran secreto. ¿Qué hacía que este hombre que era como vos y como yo, tuviera esa voluntad de acero de seguir siempre para adelante sin cansarse jamásí ¿Qué lo impulsaba a avanzar hasta el pueblo siguiente para predicar el evangelio, mientras escribía una carta de aliento y corrección? Su voluntad.

Y le agregaba un combustible especial. En su vida era Dios quien le producía el querer como el hacer. Era Dios quien lo motivaba para desear y llevar a cabo sus proyectos en forma continua y constante. ¿Te cuesta mantener la constancia? ¿Te sentís detenido por la costumbre y no lográs avanzar? Tal vez te conformaste con se lo que hoy sos, y perdiste el combustible con el que Pablo llenaba su alma cada día.

Para evitar el estancamiento, hay que llenarse de Dios. Él puede cambiar tu ánimo para que desees mejorar cada día. Y puede sostener tus fuerzas para que cumplas con lo que estás deseando. Si Juampi y Pablo pudieron, seguramente, vos y yo también. Solo hay que desearlo. No te conformes con seguir igual de mediocre. Dios espera la excelencia en tu vida.

REFLEXIÓN – Dios te da el querer como el hacer.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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