LA BIBLIA Y EL DISFRUTAR CRISTIANO

LA BIBLIA Y EL DISFRUTAR CRISTIANO

«Ya no vivan como los que no conocen a Dios, pues ellos viven de acuerdo con sus tontas ideas. Son gente ignorante y terca, que no entiende nada, y por eso no disfruta de la vida que Dios da.» Efesios 4:17-18 (BLA)

Mientras ojeaba el diario se me estremecía el corazón: una enorme marcha indígena llega a La Paz y obliga al presidente Evo a dialogar, en Chile hubo 110 arrestos en una protesta estudiantil, dura crítica contra Venezuela por la multa de 2,5 millones de dólares a Globovisión el canal de televisión que criticó al gobierno de Chávez, por fraude confiscan 245 millones de euros al mayor banco de Italia, matan a Kadafi durante un combate en la noche.

Son noticias que seguramente pasado mañana habremos olvidado, pero que revelan una terrible realidad. El hombre hoy vive desquiciado. Esto que leemos de otros países, es lo que pasa también en nuestro barrio. Gritos y peleas en el tren cada mañana, robos a diario, insultos y golpes entre los esposos, hijos que no respetan reglas, alumnos que no estudian, gente sin moral. Parece que estamos cada vez peor.

La libertad que se proclama cuando los grupos minoritarios reclaman por sus derechos lejos de mejorar la situación del ser humano, lo ha condenado a una escalera descendente y peligrosa. Ya nadie sabe cómo hacer para mejorar la situación social. Y la realidad es que no tiene solución.

La razón de esta afirmación la detallo Pablo hace más de dos mil años. Los seres humanos vivimos de acuerdo a sus tontas ideas. Somos tan tercos y caprichosos que no queremos cambiar lo que nos daña. Y nos enroscamos en un torbellino que cada vez nos hunde más.

La consecuencia más clara de esto es que no podemos disfrutar la vida que Dios nos da. Aunque tenemos más libertad, mayor tecnología, mejores estándares de vida, no logramos disfrutar lo que tenemos. Vivimos corriendo detrás de las cosas que nos faltan y obsesionado por lo que no tenemos. Perdimos la capacidad de disfrutar.

Dios nos plantea una vida diferente. Pero para poder vivirla, necesitamos dejar nuestro orgullo de lado, y aceptar que seguir nuestras tontas ideas y formas de pensar solo nos pueden llevar al fracaso. Si aceptamos las reglas de conducta que Dios nos recomienda y vivimos una vida guiada por el Espíritu de Dios, podemos vivir mejor. Cambiá tu paradigma de vida.

REFLEXIÓN – No seas tonto, disfrutá la vida con Dios.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany

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