Cristiano, es Fe o Fantasía? – Parte 1

¿Fe o fantasía? – Primera parte

“… HABLAN VISIÓN DE SU PROPIO CORAZÓN, NO DE LA BOCA DEL SEÑOR” (Jeremías 23:16)

A muchas personas les han “timado” cuando les hablaron de los sueños y las ilusiones. Les han hecho creer que el modo de conseguirlos es aplicando la falsa fórmula de “si lo crees, lo lograrás.” Muchos niños sueñan con volar como pájaros, pero por mucho que se lo imaginen, nunca va a ocurrir. ¿Has visto esos concursos televisivos donde se presentan aspirantes a cantantesí Algunos de los participantes no tienen la más mínima idea de sus escasas dotes. Desentonan, chillan, gritan y hasta dan alaridos. Pero cuando los jueces les dicen que no son buenos, algunos de esos aspirantes a estrellas se enfadan como niños y dicen: ‘Ésa es su opinión. Sé que soy muy bueno.’

Todos necesitamos volver a la realidad. La fe no es fantasía; no es mentalizarse de algo; no es pensar en ella como si se tratara de una lotería. Las personas con tal mentalidad creen que si se encuentran en el lugar adecuado, en el momento preciso y conocen a las personas apropiadas, sus fantasías se harán realidad. ¡No estaría mal que fuese así de fácil! Pero no lo es. Ralph Waldo Emerson observó: “Los hombres superficiales creen en la suerte… los hombres fuertes creen en la causa y el efecto.” Cuando Dios te dé un sueño, necesitarás fe para verlo cumplirse. Por consiguiente, la pregunta que deberías hacerte es: ‘¿Proviene de Dios mi sueño?’ Si así es, ya cuentas con las capacidades y los talentos necesarios y adecuados para llevarlo a cabo. Y si de algo careces, Dios te lo facilitará mediante otras personas o con recursos adicionales. El problema con perseguir una fantasía es que mientras vas tras de ella, te pierdes el verdadero sueño que Dios te ha dado para tu vida.

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