El Poder De Las Ideas Dadas Por Dios

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El poder de las ideas dadas por Dios

«…TODAS LAS FAMILIAS DE LA TIERRA SERÁN BENDITAS EN TI…» (Génesis 28:14b)

Las buenas ideas vienen de Dios, así que pídele que te dé una. El mundo ha sido bendecido por aquéllos que lo hicieron. Piensa en la anestesia: ¿te gustaría ser operado sin ella? Así lo hicieron hasta que un médico escocés llamado James Young Simpson introdujo algo que él llamó «sueño artificial».

Como estudiante de la universidad de Edimburgo, fue atraído a la cirugía porque estaba preocupado por el dolor y el índice de mortalidad experimentado durante las operaciones. Como consecuencia de leer Génesis 2:21: «Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán…», Simpson pensó que el cloroformo podría ser la respuesta. En primer lugar experimentó consigo mismo. Finalmente, en 1847, tuvieron lugar las tres primeras operaciones con cloroformo. Uno de los pacientes, un soldado joven, lo disfrutó tanto que agarró la esponja e inhaló otra vez. «Era demasiado bueno para dejarlo», dijo.

Al principio, Simpson encontraba mucha oposición. Algunos pensaban que interferir en la naturaleza era un pecado. «Pásenme la Biblia», dijo el Dr. Simpson. «Así es como Dios operó a Adán». Simpson hizo discursos, escribió cartas y folletos y trató de convencer a los que se opusieron a él que éste era el camino hacia adelante. En un contratiempo, cuando tres muertes atribuidas al cloroformo fueron presentadas en informes de hospitales, Simpson pudo mostrar que no aplicaban la anestesia correctamente. Todo cambió cuando la Reina Victoria dio a luz a su octavo hijo bajo el efecto del cloroformo y declaró que estaba «enormemente contenta con el resultado».

Pide hoy al Señor que te dé una idea que bendiga a otros, y después, ¡actúa consecuentemente!

¡Una idea dada por Dios puede cambiar tantas cosas! Fue por cierto el caso con el braille. En 1824, Louis Braille, un cristiano, ideó un sistema de puntos levantados sobre papel, a fin de que las personas ciegas pudieran leer. Él inventó sesenta y tres símbolos, que representan todos los idiomas, y de ahí la Palabra de Dios fue por primera vez puesta en las manos del visualmente impedido.

¿Y las comunicacionesí En parte debes tu teléfono móvil y tu ordenador a un creyente llamado Samuel Morse. ¡Qué diferente era el mundo antes de que él existiera! Las noticias de primera mano necesitaban dos semanas para llegara EE.UU. Y los informes de una victoria importante podrían tardar seis semanas en alcanzar Gran Bretaña. Un día, un amigo dijo: «Samuel, cuando estabas haciendo experimentos, ¿llegaste alguna vez a un punto muerto total, sin saber qué hacer?». Morse contestó: «Más de una vez». Su amigo le preguntó: «¿Y qué hiciste entoncesí». En aquel momento Morse compartió un secreto: «Me puse de rodillas y oré por luz, y la luz vino, y cuando mis inventos fueron reconocidos por América y Europa con honores elogiosos, dije: «No a mí, oh Señor, no a mí, pero a tu Nombre sea la Gloria». Es por eso que el primer mensaje enviado por cable trasatlántico decía: «Lo que Dios ha obrado».

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Ahora añade a otro creyente llamado Louis Pasteur, el científico francés que nos demostró que la infección es el resultado de cosas que no podemos ver, llamados gérmenes y virus. Él introdujo métodos de esterilización que con el tiempo salvaron las vidas de multitudes. ¿Piensas que Dios se ha quedado sin buenas ideasí ¡Ni se te ocurra! ¡Pídele una para tu vida, tu ministerio o tu negocio!

En Lo Que el Mundo Debe a los Cristianos, el Dr. Victor Pearce, un erudito de Oxford, compartió la historia de la máquina de escribir. «La máquina de escribir fue una precursora del procesador de texto moderno. ¿Pero cómo llegó un creyente a inventarla? Escribiendo sermones. ¡En serio! Cristóbal Sholes estaba preocupado por su pastor, que había estado ocupado toda la semana visitando a las víctimas de una epidemia, confortando afligidos y dirigiendo entierros. Por consiguiente, no tenía tiempo para escribir los sermones del domingo. Un día Sholes, hablando con un amigo de lo que se podría hacer, dijo: «Es una pena que no hay algún método rápido de escribir para personas tan ocupadas como los pastores». Su amigo le contestó: «¿Y por qué no inventas una máquina?». Sholes respondió: «Lo intentaré». Aquella tarde lluviosa fue el principio de muchos meses de trabajo duro. Finalmente, un día un grupo se reunió para verlo teclear sobre papel, en mayúsculas: «C. LATHAM SHOLES, NOVIEMBRE DEL 1867». Seis años más tarde, los Remington reconocieron que la máquina de escribir era algo que podría revolucionar el comercio. En aquel tiempo la mayoría de los empleados eran hombres, pero la Asociación De Jóvenes Cristianas inició para mujeres cursos de oferta en escribir a máquina. Al principio esto creó un escándalo, pero como las primeras mecanógrafas entrenadas fueron mujeres, los empresarios se apresuraron en contratarlas. Y así la máquina de escribir y el YWCA (Asociación de Jóvenes Cristianas) determinaron que el lugar de una mujer no sólo estaba en su casa sino que también podía ser en la oficina.

»¿Está bien que ore para que Dios bendiga mi negocio?». Pues ¡claro que sí! El Señor quiere bendecir tu negocio a fin de que puedas ayudar a realizar el suyo, que es el «negocio» de alcanzar el mundo con el evangelio.

2 COMENTARIOS

  1. Gracias por todo el trabajo que hacen es de mucha ayuda para tener tiempos de inspiración con Dios en las mañanas!!

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