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21 de agosto de 2005
Proverbios 4:13-19
13 Aférrate a la instrucción, no la sueltes; gu?rdala, porque ella es tu vida. 14 No entres en la senda de los imp?os, ni vayas por el camino de los malvados. 15 Ev?talo, no pases por Él; ap?rtate de Él y pasa adelante. 16 Porque ellos no duermen a menos que hagan el mal, y pierden el sue?o si no han hecho caer a alguno. 17 Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 18 Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va aumentando en resplandor hasta que es pleno día. 19 El camino de los imp?os es como las tinieblas, no saben en qué tropiezan.
Sin grandes lamentaciones
Como escritor con dos d?cadas de experiencia, a menudo he regresado a este tema cuando escribo a los j?venes adultos: «Vivan una vida sin que tengan nada de qué lamentarse.» De hecho, acabo de excavar de los archivos un empolvado art?culo de 1985 llamado «Sin lamentaciones». En Él hice un llamamiento al lector diciendo: «Tu energía, tus fuerzas, tu vigor, tu agresividad y tu juventud son activos que pueden impulsarte hacia delante. ?Por qué desperdiciar tu juventud en actividades que sÉlo te traer?n lamentacionesí»
Escrib? ese art?culo cuando mi hija Melissa tenía menos de un a?o de edad. No lo escrib? teni?ndola a ella en mente, pero ahora que lo pienso me doy cuenta que de alguna manera ella recibi? el mensaje. Dos primaveras atrás, cuando nuestra familia se reun?a en medio de un dolor sin sentido en el funeral de ella, tuvimos el indescriptible consuelo de saber que Melissa dej? este mundo sin tener grandes lamentaciones. Su fe la hab?a guiado a disfrutar de una vida de 17 a?os de duraci?n que es digna de recordar por su bondad y devoci?n.
?C?mo lo hizo? ?Acaso fue una adolescente que nunca se divirti?? ?Acaso se quedaba en su habitaci?n y escuchaba cintas b?blicas todo el tiempo? ?Acaso su idea de la emoci?n era conseguir un nuevo catÉlogo de la Sociedad B?blica Internacional?
No, Melissa vivi? a un paso r?pido, fren?tico y divertido. Ten?a un novio que la trataba con respeto. Jugaba en dos equipos deportivos universitarios y lo hac?a bien. Conduc?a un antiguo autom?vil con asientos cubiertos de piel de cebra velluda. Le encantaba broncearse, salir con sus amigos y vivir en el centro comercial. Cada día llevaba consigo una gran sonrisa al colegio, y trataba de hacer que todos los que la rodeaban fueran felices.
Pero ella sab?a dónde poner el l?mite. Escribi? en su diario que quer?a asegurarse de «que mis padres y Dios estuviesen orgullosos de m?». Podía enfrentar cada día como una nueva aventura, sin los obst?culos de las profundas y dolorosas lamentaciones que acompa?an a las acciones que descarrilan vidas.
La vida de Dios está en tu vida. Si has sido redimido por Jesís, Él te ha provisto del Espíritu Santo para que te d? fuerzas para hacer lo correcto. Aseg?rate de que cuando tu vida termine –sin importar a cu?nto tiempo estás de ello– no tengas grandes lamentaciones. –JDB
destino
Si tengo lamentaciones, leer? 1 Juan 1:9 para ver lo que Dios me promete con respecto a mi pecado. ?Tengo amigos cristianos que me ayuden a tomar buenas decisionesí ?Hay alguien con quien pueda hablar de esto? ?Necesito de alguien que me acompa?e en mi responsabilidad y que me pueda ayudar a mantenerme en el camino recto?
en resumidas cuentas: decirle S? a la devoci?n lleva a no tener grandes lamentaciones.
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