meditacion diaria

SALMO 68:1 Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su presencia los que le aborrecen.

La lucha espiritual, contra las fuerzas de maldad, se ve reflejada en el ámbito natural. Puede ser en el hogar, la oficina y cualquier otro lugar donde nos movamos. Los cristianos debemos caminar todo el tiempo alertas, cubiertos con la sangre de Cristo, y vestidos con la armadura de Dios. Muchos se mofan diciendo que el diablo y los demonios son cosas inventadas para asustar a la gente. La Biblia no asusta a nadie, sino que advierte a la humanidad de los peligros que existen. Si vivimos nuestra vida sin Cristo nunca tendremos lucha espiritual porque estamos del lado del enemigo, en cambio si somos cristianos fieles y obedientes a Dios, el diablo intentará tirarnos el infierno encima para que abandonemos la fe. El pasaje de hoy nos habla de nuestro Gran Dios. Ante su presencia sus enemigos son esparcidos y huyen. Son esparcidos porque no pueden tocarle y huyen porque han sido derrotados. Esto mismo sucede con el cristiano lleno del Espíritu Santo de Dios.
Cuando el cristiano recibe un ataque del enemigo, y éste utiliza la autoriad espiritual en el Nombre de Cristo, el diablo y sus demonios se tienen que ir esparcidos y huyendo. Siempre la luz esparce a las tinieblas. No importa el calibre de los ataques que usted reciba por ser cristiano de parte del enemigo. Levántese en victoria porque el Señor hace que a la velocidad de la luz sus enemigos se vayan y no le toquen. Levántese en el Nombre de Cristo y deseche todo miedo a la guerra espiritual. Si usted esta cubierto con la sangre de Cristo y vestido con la armadura de Dios, los que tienen que temerle a usted serán el diablo y sus demonios. ¡Utilice hoy mismo su autoridad espiritual en Cristo y verá a sus enemigos esparcidos!

CONFESION DE FE:
MIS ENEMIGOS SON ESPARCIDOS EN EL NOMBRE DE CRISTO

ORACION:
Jesus: En este tiempo de ataques espirituales contra mi vida nuevamente me cubro con tu Sangre preciosa, y me visto de toda la armadura de Dios para resistir y hacer huir a toda fuerza de maldad. ¡Gracias Jesús porque hay victoria en tu Poderoso Nombre!