[CE-Peru] La vida en el poder del Esp?ritu

La vida en el poder del Espíritu
  ? por Tony Evans

l Espíritu Santo ha dotado a cada cristiano y a la familia de Dios
para hacer realidad en su propia experiencia espiritual todas las
cosas que dice la Biblia. La tarea del Espíritu Santo es extraer
esta verdad de las páginas de las Escrituras y escribirlas en
nuestro corazón para que cobren vida. Eso significa experimentar lo
sobrenatural.

¿Por qué, entonces, no experimentamos más lo sobrenatural, en
nuestras iglesias, en nuestras familias y en nuestra vida personal?
¿Por qué más de nosotros no estamos viendo la invasión sobrenatural
de Dios, más de su viento, más de su fuego?

En las páginas de este libro buscaremos con detenimiento en la
Palabra de Dios y en nuestra vida la respuesta a esa pregunta. Por
ahora, baste con decir que si algún cristiano está derrotado y sin
poder, no se debe a que tenga que ser así. Sino a que o bien está
desinformado o ha decidido estar sin poder. Porque la provisión y la
presencia del Espíritu Santo es la infalible promesa de Dios,
derramada sobre nosotros para conectarnos a la misma realidad del
propio Dios.
Veamos este ejemplo: Una persona necesita comprar un refrigerador
nuevo. Va al comercio donde los venden y elige un equipo de los más
modernos, con anaqueles que se deslizan de manera automática hacia
afuera, apenas abre la puerta. Cierra la compra y le prometen que
ese mismo día le llevarán el refrigerador a su casa.

Sale de ese negocio y va al supermercado donde compra muchos
comestibles. Llega a su casa justo cuando le traen el nuevo
refrigerador. Lo ubican en el lugar indicado y usted de inmediato lo
llena con todos los comestibles que ha comprado. Esa noche se queda
dormido pensando en las deliciosas comidas que le esperan.

A la mañana siguiente se encamina entusiasmado a la cocina y abre la
puerta del refrigerador. Sin embargo los anaqueles no se deslizan
automáticamente; se quedan allí. El helado se ha derretido, los
vegetales cambiaron de color y descubre que la leche está agria. Se
da cuenta de que su refrigerador de marca mayor no está funcionando
como le hicieron creer que lo haría.

Toma el teléfono, llama a la tienda de electrodomésticos y pide que
lo comuniquen con la persona que le vendió la mercancía. Cuando
responde le dice:
Mire, usted me vendió un equipo defectuoso. Toda la mercadería está
arruinada. El vendedor se queda estupefacto.

Bueno ?dice con mucha seriedad?, ¿quisiera ir al refrigerador y
abrir de nuevo la puerta y decirme si la luz se enciende?
Va hasta allí y la abre. Ninguna luz.
Pues bien, hágame un favor ?continúa el vendedor?, ¿podría poner el
oído allá abajo donde está el motor y decirme si escucha un zumbido?
Se inclina y escucha. Ningún zumbido.
Entonces ahora ?dice el vendedor?, si no le importa, ¿tendría la
amabilidad de mirar por la parte de atrás del refrigerador y revisar
si el cordón está bien enchufado?

Va y mira detrás del refrigerador. El extremo del cordón yace allí,
suelto en el piso.

Regresa al teléfono ?Ya revisé... el cordón no está enchufado. Sin
embargo por el precio que me cobraron eso no debería importar. ¡El
equipo debería trabajar por principio general!

Allí es cuando el vendedor le aclara algo con amabilidad. Los
electrodomésticos, están diseñados de una manera muy elaborada a fin
de que tengan sorprendentes funciones. Esto, sin embargo, son
dependientes por naturaleza.

Aunque tengan todos los componentes necesarios a fin de realizar
todas las cosas para las cuales el fabricante creó cada
electrodoméstico, no son capaces de lograrlo por su propia cuenta.
Necesitan primero facultarlos por el fuego que brinda la
electricidad. Solo entonces pueden las partes hacer la función para
las que se crearon.

Cuando usted y yo entregamos nuestra vida a Jesucristo, Él nos dio
partes nuevas. Nos dio una nueva mente, un nuevo corazón, una nueva
conciencia y una nueva disposición. Nos garantizó toda una nueva
naturaleza dentro de nuestro cuerpo existente.

Fue como unos nuevos residentes que se instalan dentro de una
antigua casa. Con todo, a veces parece que esta nueva cosa no
funciona. A veces parece que venir a Cristo es como comprar un
equipo defectuoso; simplemente no funciona como le hicieron creer
que lo haría.

Es por eso que usted y yo debemos comprender con claridad que somos
dependientes por naturaleza. Nunca nos recrearon en Cristo para
funcionar por nuestra propia cuenta.

Necesitamos el poder, necesitamos aparejarnos a otra fuente que
prenda la llama para el adecuado funcionamiento de la nueva
naturaleza que nos ha provisto Dios.
El Espíritu Santo cambia la ecuación del poder en nuestra vida.
Cambia la ecuación de capacidad, pues provee vida sobrenatural del
mismo Cristo, y así nos equipa y faculta de manera tan completa que
nunca más podemos decir que nos falta la capacidad de realizar lo
que Él nos llamó a hacer.


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