Dejando El Mundo Fuera

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«Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.  Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones» (Santiago 4:8).

 

«No es el barco en el agua pero es el agua en el barco que lo ahonda.  De la misma forma, no es el Cristiano en el mundo pero el mundo en el cristiano que constituye el peligro.

Cualquier cosa que ofusca mí visión del Señor Jesus, o me aleja del placer de estudiar la Biblia, o paraliza mi vida de oración, o dificulta mí trabajo cristiano, está equivocado para mí y yo debo rechazarla.» (J.  Wilbur Chapman)

 

¿Qué lugar ha ocupado el mundo en nuestra vida?  ¿El lado externo o interno?  ¿Hemos, como cristianos, repelido todas las trampas que el mundo ofrece, por más brillantes y seductoras qué sean?  ¿Hemos comprendido que nuestro testimonio necesita glorificar, en todos los aspectos, el nombre del Señor?

 

Muchas veces cedemos a las tentaciones creyendo que nuestro «pequeño pecado» no tendrá ninguna influencia en nuestra vida espiritual.  Creemos de esa forma y estamos completamente engañados.  Un grande alejamiento de Dios comienza por un pequeño paso a pocos centímetros de Él.  Y cuanto más lejos estamos del Señor, más difícil se vuelve el regreso a Su presencia donde existe amor, cariño y todas las bendiciones de que necesitamos para una vida abundante, feliz y eterna.

 

¿Cuándo un barco empieza a ahondará  Cuando tiene algunos centímetros de agua en su interior.  ¿Cuando un cristiano empieza a ahondar espiritualmente?  Cuando un pequeño pecado se instala en su corazón.  Si el comandante logra éxito en detener la entrada de agua luego en el comenzo, el barco se salva.  Si el cristiano rechaza el pecado tan pronto como él intenta encontrar espacio en su vida, la puerta es cerrada y él sigue firme glorificando y engrandeciendo el nombre del Señor Jesus.


Usted puede vivir en el mundo, pero no lo deje vivir en usted.

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