Vitaminas para la salud espiritual. Parte 5

Vitaminas SaludablesVitaminas para la salud espiritual. Parte 5

“…¿CÓMO ESTÁS, HERMANO…” (2 Samuel 20:9 NVI)

No dejes de dar cuando haya escasez. La Biblia enseña que aquellos que sólo piensan en lo que pueden “recibir”, siempre pierden, mientras que los que tienen el hábito de “dar” siempre ganan. Se dice que un perro caminaba por un puente con un hueso en la boca. Cuando miró abajo al río y vio su reflejo en el agua, pensó que era otro perro con un hueso más grande. Así que saltó para quitárselo –y se ahogó. Pablo dedicó dos capítulos de la Biblia al tema del dinero. Tal vez habría que recordar eso a los que dicen: ‘La iglesia no habla más que de dinero.’ El dinero no es algo abstracto; es el fruto de sacrifico, de tiempo, de talento. Por ello, es una buena forma de darte a Dios. No es la única, pero es muy importante.

Escribe Pablo: “Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra… proveerá y multiplicará vuestra sementera… para que seáis ricos en todo para toda generosidad…” (2 Corintios 9:6-11). No le pidas dinero a Dios si tú mismo no eres generoso. Él no derrama su bendición en recipientes, sino en tuberías; no lo pone en embalses sino en ríos que corren. ¿Captas la idea?

 

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