¿Somos Embajadores De Cristo? ¿Qué Dice La Biblia?

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¿Somos Embajadores De Cristo? ¿Qué Dice La Biblia?

Sí, según la Biblia, somos embajadores de Cristo. Esta afirmación se encuentra en 2 Corintios 5:20, donde el apóstol Pablo escribe: «Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios». Esta analogía es utilizada para describir el papel de los que somos seguidores de Cristo en el mundo.

Un embajador es un representante oficial de una nación en otro país. En este contexto, los creyentes somos presentados como representantes de Cristo en la tierra. Esto significa que estamos llamados a representar a Cristo y su Reino a través de nuestras palabras, acciones y vida en general.

Esto conlleva una enorme responsabilidad. Como embajadores, debemos reflejar el carácter y los valores del Reino de Dios. Nuestras vidas deben mostrar el amor de Cristo, su gracia, su justicia y su misericordia. Además, se espera que transmitamos su mensaje de salvación y reconciliación al mundo.

Como embajadores de Cristo, somos representantes de Cristo en la tierra, llamados a vivir de acuerdo a sus enseñanzas y a difundir su mensaje de salvación.

«Por lo tanto, somos embajadores en nombre de Cristo» – 2 Corintios 5:20

Ahora bien, imagina que estás asignado como un embajador en el Reino de Dios. ¿No es eso asombroso? ¡Qué privilegio! Pero también, ¡qué responsabilidad tan tremenda! Como embajador, se te ha otorgado la ciudadanía del cielo (Filipenses 3:20). No importa dónde estés físicamente; lo que importa es quién eres y a quién representas.

Así como un embajador en el mundo pasa por un examen minucioso de su carácter e integridad, nosotros, como embajadores de Cristo, también debemos reflejar los estándares más altos de nuestro Rey de reyes y Señor de Señores. Una clave en tu trabajo de embajador: Nunca olvides de qué lado estás, a qué reino perteneces, y a quién representas.

Somos Embajadores de Cristo, para proclamar las verdades del Reino

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza (Efesios 6:10).

Como embajadores, estamos llamados a ser fuertes en el Señor y en su poder infinito. Pero esto no significa que estaremos exentos de lucha y de circunstancias adversas. Al contrario, nuestro enemigo no es de carne y hueso, sino las fuerzas espirituales del mal en las regiones celestes (Efesios 6,10-18). Por eso debemos fortalecernos en el Señor y luchar con toda la armadura de Dios.

Somos Embajadores de Cristo, para transmitir el amor de Dios

«Nuestra ciudadanía está en los cielos» – Filipenses 3:20

Como embajador, tu lealtad y devoción deben estar en el cielo. Debes ser un comunicador eficaz, capaz de hablar el lenguaje del amor de Cristo. Y debes ser un buen diplomático, tratando a los demás con el mismo amor que Cristo nos ha mostrado. Otra clave en tu trabajo de embajador: Nunca olvides que nuestro mensaje es el Evangelio, y nuestra estrategia es el amor.

Embajadores de Cristo: Un llamado a representar el Reino de los Cielos

Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios (2 Corintios 5:20).

Ser un embajador de Cristo es un honor y un privilegio, pero también una tremenda responsabilidad. Como embajadores, llevamos la representación de un reino no terrenal, un reino divino, el Reino de los Cielos.

Para entender plenamente este papel, debemos profundizar en las Escrituras y descubrir lo que implican estos versículos a la luz de la Biblia:

La Realeza del Reino (Apocalipsis 19-22)

Apocalipsis 19-22 nos muestra la grandiosidad de nuestro Reino y del Rey a quien representamos. El capítulo 19 nos presenta al Cristo Victorioso, quien es descrito como el Rey de reyes y Señor de señores. El capítulo 21 describe la Nueva Jerusalén, un lugar de inimaginable belleza y paz. Como embajadores, nuestra tarea es dar a conocer este reino y su Rey a un mundo que está desesperadamente en necesidad de su reinado.

La Transfiguración y la Autoridad Divina (Mateo 17:1-13; Mateo 17:14-27)

Mateo 17 nos da un destello de la gloria y la autoridad divina de Cristo. En la Transfiguración, Pedro, Santiago y Juan ven a Jesús en su estado glorificado, lo que reafirma la autoridad divina de Jesús. Más tarde, Jesús demuestra su autoridad al curar a un niño con un demonio y al proporcionar un estater para el impuesto del templo milagrosamente. Como embajadores de Cristo, debemos entender que representamos a una autoridad suprema, el Hijo de Dios.

La Promesa y la Provisión Divina (Salmos 132:11-18; 2 Reyes 1:1 – 4:17; 2 Reyes 4:186:33; Salmos 80:1-11)

Estos versículos nos recuerdan las promesas y provisiones de Dios. En 2 Reyes, vemos a Elías y Eliseo realizando milagros a través del poder de Dios, reafirmando que Dios proveerá a su pueblo. Como embajadores, debemos recordar y comunicar que servimos a un Dios que cumple sus promesas y provee para su pueblo.

La Vida del Discípulo (Mateo 18:1-9; Proverbios 13:7-8, 9-10, 11-12; Salmo 143).

Estos versículos pintan un cuadro tremendo de cómo se ve la vida del discípulo. Debemos ser humildes como niños (Mateo 18:4), prudentes en nuestra conducta (Proverbios 13:7-8), y confiar en Dios en medio de la adversidad (Salmo 143). Como embajadores, nuestra vida debe reflejar el carácter de Cristo.

Para terminar, ser un embajador de Cristo es un llamado a representar al Reino de los Cielos en este mundo. Es un llamado a reflejar el carácter y la autoridad de nuestro Rey, a transmitir su mensaje de salvación y a vivir vidas que glorifiquen a Dios. Esto es un desafío, pero también una gran bendición. Al tomar este rol, llevamos la esperanza del Reino de los Cielos a un mundo perdido y en necesidad.

Versículos Bíblicos para estudiar y usados en este escrito: Apocalipsis 19-22, Mateo 17:1-13, Salmos 132:11-18, Proverbios 13:7-8, 2 Reyes 1:14:17, Mateo 17:14-27, Salmos 143, Proverbios 13:9-10, 2 Reyes 4:186:33, Mateo 18:1-9, Salmos 80:1-11, Proverbios 13:11-12.

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