Vuelve a casa
«¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión». Isaías 30:1-3.
Tal vez seas una oveja descarriada o un hijo pródigo, pero Dios sigue amándote y teniendo esperanzas en ti, por mucho que te hayas alejado.
¡Lo que Dios planeó para ti no dejará de cumplirse!
¡Eres su hijo y tarde o temprano lo comprenderás y volverás a la casa del Padre tan rápido como puedas!
La salvación tirará de ti con más fuerza que el cieno de la pocilga en que hayas hundido tus pies y volverás corriendo a casa.
Volverás a la fraternidad de la familia a la alegría del Espíritu Santo y al alimento, la abundancia y la calidez del seno del hogar.
¡Nunca es tarde!
¡Aunque lo hayas perdido todo, tu primogenitura y tu herencia, el Padre todavía te ama y te recibirá con los brazos abiertos!
Te llevará consigo a su seno de amor y te dará vestiduras nuevas de justicia, un hermoso anillo nuevo de oro que será una recompensa incluso inmerecida y un banquete de acción de gracias para celebrar que este hijo suyo era muerto y ha revivido y vuelto a casa (Lucas 15:11-32).
¿Oyes la voz del Padre que te llama?
¡Por favor, vuelve a casa!
Respóndele, regresa a casa, no pierdas el camino (Proverbios 14:12).
Él estará esperándote.
Él es el único camino a casa (Juan 14:6).
Jamás te rechazará.
Solo tienes que tocar la puerta y estará ahí, con los brazos extendidos, abiertos a ti (Isaías 55:6 – Jeremías 29:13).
Tal vez pensarás.
– No, es tarde para mí, no tengo salvación y esperanza.
Pero yo te digo, aun estas a tiempo, aun la puerta esta abierta, porque vendrá el día en que la puerta se cerrará y no será abierta más (Lucas 13:24).
No esperes, escucha el llamado a tu corazón, ya vagaste demasiado, ya caminaste por caminos de perdición, de inmundicia, enlodaste tu alma y solo encontraste placeres mundanos, gastaste tu alegría, no dejaste un solo placer por probar.
¿Ahora que té queda?
Tristeza, abandono, desolación, inmundicia y asco (Isaías 55:7).
Hay alguien que aun así te ama.
Tu Padre que esta en el cielo.
Solo él puede darte lo que no has encontrado (Mateo 11:28).
Esa paz que tanto solo él puede brindártela.
¡Sal ya!
¡Levántate!
¡Vuelve a casa!
No tengas miedo de ser rechazado(a).
Él jamás te rechazara, solo tienes que decirle…
– Heme aquí Padre amado, reconozco que he pecado y que no merezco tu perdón, mas, me arrepiento de mi pecado y confieso tu nombre (Juan 1:12) como hijo pródigo regreso a ti, perdóname y acéptame como hijo tuyo.
Veras a un Padre esperándote, feliz de tu regreso, habrá fiesta para ti y la promesa de vida eterna por toda la eternidad.
«Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu». Salmo 51:1-11.
Está palabra se cumplirá en la vida de un hijo pródigo o de una oveja descarriada.
Amén.
Dios Te Bendiga.
—
Devocionales Cristianos www.devocionalescristianos.org