¿Qué Significa Seguir a Jesús Según La Biblia?

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¿Qué Significa Seguir a Jesús Según La Biblia?

Tabla de Contenidos

Alguien por quien vale la pena perderlo Todo

Lo que significa seguir a Jesús

Mateo 16:24-25

“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”.

Amados en el Señor, los hombres agradecidos de todos los tiempos, al conocer a Cristo han rendido su vida completamente a su Salvador, dejando todo por su causa. Pero ¿qué es lo que realmente gatilla que dichos hombres y mujeres, desprecien hasta su propia vida por seguir a Jesús?.

Podemos reconocer en Él, su carisma y atracción cuando caminaba en las calles de Israel llamado a los que serían sus apóstoles. Siempre se generaba una respuesta genuina, aunque realmente al principio no sabían que les deparaba el futuro, pero la mirada del Maestro generaba tal confianza, que sin titubear, dichos hombres comenzaron una nueva etapa en sus vidas caminando con Jesús. Lo anterior lo vemos ejemplificado en Mateo 4:18-22 que dice:

“Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.” ¿Qué impresión se llevaron estos varones, al ver al Rey de Reyes, que dejándolo todo se fueron con Él?.

Amados en Cristo, cada cristiano ha experimentado en su vida el nuevo nacimiento, el cambio de vida, la paz interior que solo Jesús sabe dar, la dicha del perdón y nace ahora un agradecimiento infinito que se traduce en querer hacer todo por su Salvador, no importando las consecuencias. Este es el momento en que nosotros de nuestro corazón decimos: “Te serviré Señor todos los días de mi vida”; ¡Gloria a Dios por este bello llamamiento!.

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¿Cómo Seguir Al Señor Jesús Según La Palabra de Dios?

Ahora bien, es necesario que nos detengamos a meditar lo que en realidad conlleva dicha promesa, la cual debemos honrar con la ayuda de nuestro Dios, en definitiva se tiene que:

1.- Charcos de Lágrimas (Persecución):

Amados en el Señor no estamos exentos de pruebas y dificultades en el camino, muchas veces dichas pruebas son tal que nuestro ánimo y esperanza se ven disminuidos.

Actualmente en el mundo existen cristianos que son más que probados, son perseguidos hasta la muerte como es el caso de India, China, Corea del Norte, Sudán, Nigeria, Etiopía, Egipto y Siria.

Hermanos que son fusilados por no negar a Cristo, hermanos que son colgados para escarmiento de la población y que no existan los cristianos, hermanos que son vejados y expuestos junto a toda su familia como escarmiento, hermanos que son llevados a campos de trabajos forzados, hermanos que deben reunirse en subterráneos o alcantarillas, hermanos que no pueden tener una impresión de la Biblia y obligados a memorizar una página de ella para que no se pierda la esperanza recibida, hermanos que son torturados, quemados y decapitados; pero que sin embargo no ceden ante el enemigo del alma y levantan la bandera del evangelio hasta las últimas consecuencias.

Hombres y mujeres que se han llenado del Espíritu Santo y que no tienen temor a lo que les pueda hacer el hombre; ya que al final de todo, la gracia y la paz de Dios es la que les basta. Esta situación está escrita en:

Apocalipsis 12:11:

“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.

Estos cristianos han llorado y clamado a Dios para que en la hora oscura no falle su fe, que valentía nos muestran y que entereza, porque han comprendido que el galardón será entregado por Cristo mismo a todo aquel que desprecia su vida por causa del evangelio.

Eso también nos recuerda los primeros años de nuestra iglesia, en donde los hombres y mujeres movidos por el Espíritu Santo y de acuerdo a la voluntad del Santo de Israel dejaron sus ciudades y casas para entregar de gracia lo que habían recibido, aquello sublime que transformaba la vida del hombre, y llevaba paz a las almas atribuladas. Muchos de ellos fueron despreciados por sus familias, apedreados, sin recursos económicos, enfermos, menospreciados de la sociedad, calumniados y desprestigiados.

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“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”. Ap. 12:11

Cada lágrima derramada, cada sinsabor, cada tristeza y cada desdicha, tendrán su justa recompensa, y ellos bien lo supieron y lo experimentarán, porque Cristo lo expresó a través de Juan en el libro de:

Apocalipsis 7:16-17 que dice:

“Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.”

¡Bendito es el que Vive por los siglos de los siglos!, nada es comparable con la gloria venidera.

2.- Decirle a la gente que debe seguir a Cristo (Sin Garantía):

Al seguir a Cristo, cada cristiano debe comprender que comenzará una vida que es nueva en todo, dependiendo única y exclusivamente de la fe en Jesús.

Podemos tener una vida cómoda y sin sobresaltos, una vida plena de posesiones y lujos, pero el llamado de Dios no es garantía de que las cosas siempre serán así. Ya lo sabemos bien, cuando leemos el libro de Job, aunque era justo y apartado del mal, Dios permitió que fuera probado, para que este siervo conociera realmente quien es el Creador.

Cuando se hace el llamado a creer en Jesús, el que acepta dicho llamado debe estar consiente que llegarán momentos muy amargos, momentos de necesidad, momentos de escasez, momentos de dificultad. Sin trabajo, sin dinero, sin crédito, con hijos y esposa enfermos, y con el estómago vacío. Es un cuadro desalentador, pero la promesa de que Dios está con nosotros se hace muy palpable en dichos momentos.

Muchos han querido seguir a Jesús a través de los siglos y Jesús le dice a sus discípulos en:

Lucas 9:58

“Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.”

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“Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.” Lucas 9:58

No hay garantías de que tu vida será prospera, no hay garantías de que tu vida será perfecta, no hay garantías de que tu vida será larga y provechosa. Seguir a Cristo es muchas veces caminar por aguas turbulentas, pero sabiendo que Él te sostendrá de su mano y se glorificará en tu vida para que los que te vean, sepan que sirves a un Dios verdadero.

El Espíritu de Dios lleva al hombre a numerosas situaciones, pero no pone más carga que la que podemos llevar;

Él se asegura que puedas avanzar y que en medio de todo puedas mantener el gozo de tu salvación, haciendo tuyas las palabras del Apóstol Pablo a los:

Filipenses 4:13 que dice:

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Nada nos separa de su amor y eso si es una gran garantía.

3.- Entrega Radical (Renunciar a Todo): Jesús nos muestra que cuando Él aparece al hombre se produce un cambio total en su pensamiento y vida.

Algunos podrían decir extremista, otros lo llaman locura o falta de razón; sin embargo, el Espíritu Santo comienza a trabajar desde adentro del hombre renacido, mostrándole cuáles son las cosas a las que debe renunciar para que su vida sea agradable y justa delante de Dios.

Es importante en este punto Amados en Cristo que sepamos que el sentido de la Obediencia es el que se desarrolla a cabalidad, dejando que el viejo hombre vaya menguando para que le nuevo se levante de acuerdo a la voluntad de Cristo.

Es en este punto que el hombre de Dios se ve enfrentado a sus miedos y tentaciones, es en este punto que el hombre de Dios debe poner su total confianza en Aquel que lo rescató, no somos nada sin la ayuda de Dios, estamos expuestos a caer nuevamente si dejamos de mirar al Blanco Soberano.

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“Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.” Ap. 7:16

Es en este punto que la fe en Cristo cobra su real importancia, ya que es esa certeza la que nos deja incrustado en la Roca, no hay manera más sublime de avanzar que dejarse guiar por su mano poderosa.

Ahora bien, vamos observando que somos bendecidos por Dios en todos los aspectos de nuestra vida, como niños Dios nos concede todo lo que pedimos en su amor, y llega el momento en que nuestro Padre celestial prueba nuestra fe, para que seamos verdaderos hijos sin fluctuar.

Cada uno de nosotros ha experimentado en mayor o menor medida el desapego que se produce cuando Él trabaja en nuestras vidas, y es tan perfecta su influencia en nosotros que las cosas que antiguamente hacíamos no las hacemos más, ya que internamente hemos entendido que son desagradables a Dios y no queremos ofender en ninguna medida a su amor.

Su gracia es la que nos capacita en todos los aspectos de la vida, como está escrito en 2° Corintios 5:17 que dice:

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.

La iglesia actual ha sido bendecida materialmente en abundancia y eso no lo podemos negar, pero esa bendición ha traído para muchos afán, desvelos, falta de compromiso e irresponsabilidad.

Es cierto que cumplen con sus deberes en ofrendas y diezmos, pero eso no lo es todo, hay que honrar la promesa hecha al principio, y eso también requiere tiempo para Dios. Dios nunca nos dejará, pero debemos entender que todo lo que somos se lo debemos a Cristo, ya que por Él son todas las cosas, y aunque trabajemos más horas, Dios es quien permite que la bendición nos llegue.

Recordarlo en este tiempo es lo más complicado ya que decimos “si no trabajo, no como”; pero Dios nos dice claramente en Hebreos 13:5 que dice:

“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”.

No deseamos con esto que dejes de trabajar o seas un cristiano mediocre, lo que se persigue es que las cosas no entren en tu corazón nublando lo que Dios puso en él, que es el gozo de tu salvación.

No nos comportemos como el joven rico que quiso seguir a Jesús y eso está ilustrado en Marcos 10:21 y 22 que dice:

“Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz. Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.”

¡No debería haber aflicción en el corazón de un cristiano que ama verdaderamente a Dios!, pero la hay, ya que decimos que nos ha costado mucho conseguirlas. Nada de lo que tienes te llevarás y eso es seguro.

Si nos dedicamos a mirar la iglesia en otras partes del mundo veremos cuan diferentes son esos cristianos a nosotros. Hermanos que han aceptado a Cristo y lo declaran a sus familiares y amigos en Corea del Norte o Siria, por ejemplo, tienen dos opciones o son aceptados o son muertos o llevados a campos de concentración.

Podemos decir que no es la misma realidad a la que nos enfrentamos cada día, pero que pasaría si esa realidad fuera la nuestra…¿estaríamos dispuestos a dejar todo por Cristo?, ¿estamos preparados para sufrir hasta la muerte despreciando nuestras vidas por seguir a Jesús?.

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“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará.”. Mateo 16:24

Estos hermanos no lo piensan, sólo se entregan sabiendo que tendrán una vida mejor, los hermanos que fundaron nuestra iglesia también lo entendieron así y se ofrendaron a Jesús con todo, es una entrega Radical, pero por esa entrega es que hoy gozamos de la bendición de las promesas hechas a dichos hermanos.

Dios es fiel, siempre lo ha sido y lo seguirá siendo, pero una cosa nos ha reclamado desde un tiempo, que hemos perdido nuestro primer amor.

Sin embargo, el Espíritu Santo nos lo recuerda y hoy es el tiempo de escuchar las palabras del Maestro que están escritas en Marcos 9:23 que nos dice:

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

Hay cosas de este mundo que han entrado en nuestros corazones y casas y van menguando el amor sincero hacia Dios, neguémonos a las cosas que nos separan de Dios, restablezcamos el culto en nuestro corazón y en nuestra familia, volvamos a las sendas antiguas, preguntemos por ellas si no las conocemos, pero es tiempo de estar alerta, la venida de Cristo es inminente, ¡no queda tiempo!.

4.- El llamado a Atesorar (Tesoro escondido):

Cristo hizo semejanza del Reino de Dios como un tesoro escondido, que un hombre procuró con todo poder obtenerlo, vendiendo todo lo que tenía; y el apóstol Pablo nos ilustra en Efesios 1:18:

“alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que Él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos”.

Cristo en su gracia y misericordia, nos ha dado las riquezas insondables que están en los cielos, solo por la fe en Él, nada nos ha costado, ya que el pago completo está hecho. El tesoro de la vida eterna es un regalo dado al hombre a través de Cristo, sólo por gracia; y Él les decía a sus discípulos que procurarán buscar el Reino de Dios y su justicia, ya que lo demás venía por añadidura. Entonces ¿cuál es el Tesoro real al cual se nos llama a guardar?.

El Tesoro real es Cristo mismo morando en nuestros corazones. Ese Tesoro es camino, la verdad y la vida, ese Tesoro es el maná que descendió del cielo, ese Tesoro es la resurrección, ese Tesoro es nuestro pan diario, ese Tesoro es el agua que salta para vida eterna, ese Tesoro es la vid, ese Tesoro es la luz del mundo, ese Tesoro es Emmanuel…¡Es Dios con nosotros!. No hay otro Tesoro más sublime y precioso que Cristo, y fue dado por Dios al hombre para que a través de Él tengamos vida en abundancia.

No hay nada comparado con la Gloria venidera que nos está preparada, por lo mismo, debemos procurar con diligencia estar a cuenta con nuestro Dios y Salvador, dejando que llene nuestra vida de gozo y paz; procurando con paciencia las cosas espirituales que son las que justifican el alma y fortalecen el espíritu, recordando las palabras del apóstol Pablo a Timoteo en:

2° Timoteo 2:15 que dice:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

5.- ¿Y qué hay de nosotros?: Amados en Cristo, ahora comenzamos entonces a entender lo que significa seguir a Jesús.

Es una entrega de cuerpo, alma y espíritu; a veces pedimos que solo los pastores y los que van delante hagan esa entrega, pero ¿qué pasa con nosotros que somos el cuerpo de Cristo?.

Hemos sido llamados a un llamamiento santo, hemos sido lavados por la Sangre del Cordero, tenemos la ayuda del Espíritu Santo, somos hechos a su imagen y semejanza, entonces ¿son sólo ellos los llamados a esa entrega o somos todos?.

El profeta Isaías nos declara en el cap.46:09 lo siguiente:

“Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí”.

Para Dios no hay memoria a corto plazo, Él no olvida, sino que pesa los corazones y las acciones de todo hombre sobre la Tierra. Por lo tanto, ¿podemos olvidar cómo llegamos al evangelio o cómo Cristo nos encontró?, sabiendo ahora que en ese tiempo no valíamos nada, pero ahora a través de su sangre, no hay valor más sublime que su salvación por su gracia.

Meditemos entonces que todo hombre que ha conocido a Jesús tiene la obligación (en su agradecimiento) de entregarse entera y completamente a Aquel que lo tomó por soldado y no hay concesiones al respecto, o sea, somos o no somos Hijos de Dios en completa sujeción a su voluntad.

Para Dios no hay términos medios. Él se complace en aquellos que honran su nombre a través de la promesa hecha en el principio de su llamado por Cristo. En el libro de Eclesiastés se nos dice en el 5:4 al 6:

“Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?”.

Muchos de nuestros sinsabores se evitarían si fuéramos veraces en nuestro actuar para con Dios. Amados en el Señor, no es tiempo de lamento es tiempo de mirar adelante en arrepentimiento y humillación, buscando la respuesta amorosa de Jesucristo, no hay otro nombre dado a nosotros para nuestra redención y purificación, su gracia sigue trabajando, su bondad traspasa las generaciones, su misericordia es para con todos, ¿no crees que hoy ha llegado el tiempo de volver a ser lo que una vez fuiste?.

Su palabra es clara e Isaías lo declara en el cap.44:22 diciéndonos:

“Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí.”

¡No hay Dios como nuestro buen Dios!, nos llama con amor eterno para no perdamos al carrera de la justicia que hemos corrido y para revestirnos de amor y paciencia hasta que Él nos llame a su presencia.

Entonces Amados en Cristo, surge la pregunta final ¿Él lo Vale?. Jesús conversando con sus discípulos nos muestra la respuesta a esta interrogante en Lucas cap.18:18 al 30 diciéndoles:

“Entonces Pedro dijo: He aquí, nosotros hemos dejado nuestras posesiones y te hemos seguido. Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.”

¡Aleluya!, Él lo vale todo.

Animo hermanos en el Señor, ya queda poco, es tiempo de reconocer que sin Dios no hay vida, es tiempo de alzar nuestro clamor al Trono de Gracia para obtener el oportuno socorro, es tiempo de rememorar las vivencias pasadas y aprender de ellas, es tiempo de dejar los apegos y las costumbres que nos alejan de Cristo.

El padeció una vez y para siempre, no podemos volver a ser esclavos, somos libres y por su gracia seremos libres eternamente; porque como dice el apóstol Pablo en la carta a los Romanos 8:36 al 39:

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?. Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”

La gracia de Cristo abunde en sus corazones para preservación de vida. Amén

David Molgas – Hermano en Las Compañias

Bibliografía
– 2011. Biblia de Estudio Ryrie ampliada, versión Reina Valera 1960, Editorial Portavoz, Michigan – USA.
– 1974. Diccionario Bíblico Ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, Miami – USA
– 1994, Biblia de Estudio Plenitud, versión Reina Valera 1960, Editorial Caribe, Miami – USA

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