¿Cómo Envejecer Con La Gracia de Dios?

¿Como llegar a Viejos Con La Gracia de Dios Según La Biblia?

La idea de envejecer puede generar ansiedad en algunos, pero es crucial reevaluar nuestro sistema de valores. A los ojos de Dios, la esencia de quiénes somos tiene mucha más importancia que nuestra apariencia externa. Aceptar las huellas del tiempo implica alinearnos con Su divino plan.

En definitiva, el valor de la vida no se mide únicamente en los días vividos, sino en la profundidad y calidad de esos días.

Tal como vemos en el Evangelio de Juan, donde Jesús realizó Su primer milagro, convirtiendo el agua en vino, nuestras vidas también pueden ser testigos de transformaciones extraordinarias. El anfitrión de la celebración de bodas exclamó: «Todo el mundo sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido bien, entonces el inferior. Pero tú has guardado el buen vino hasta ahora» (Juan 2:10 RVA). Esta poderosa verdad también puede convertirse en el testimonio de nuestras propias vidas. No hay necesidad de sucumbir a la gerascofobia, el miedo a envejecer; más bien, avancemos, crezcamos y sigamos adelante con tenacidad inquebrantable.

El inspirador ejemplo de Caleb sirve como un testimonio elocuente de cómo envejecer con gracia. Declaró: «Seguí de todo corazón al Señor, mi Dios. Moisés me prometió que heredaría la tierra de Canaán, y Él Señor ha cumplido Su promesa. Ahora, a los ochenta y cinco años, soy tan fuerte como cuando Moisés me envió en aquel viaje. Todavía puedo viajar y luchar con la misma energía que antes» (Josué 14:8-13 RVA).

Los datos proyectados sugieren que para el año 2030, una de cada cinco personas tendrá setenta años o más, lo que representa alrededor del 20% de la población mundial. Muchos de nosotros alcanzaremos la notable marca de los cien años o incluso más. Al reflexionar sobre su octogésimo cumpleaños, el fallecido presidente estadounidense Dwight D. Eisenhower respondió acertadamente: «¡Claro que es mejor que la alternativa!».

El inspirador relato de Anita Bogan, una afroamericana, testifica del poder de envejecer con gracia. Haber vivido hasta los 106 años, se caracterizó por bendiciones, buena salud y una mente sana. El entusiasmo por la vida de Bogan, evidente a través de su vibrante actitud de «la edad es solo un número», la llevó a participar en actividades que adoraba. Fundó una organización sin fines de lucro para viviendas de ancianos, abrió una próspera floristería, disfrutaba de rondas diarias de golf y emprendía alegres cruceros para celebrar sus cumpleaños. En su centenario, la Junta de Supervisores del Condado de Kern declaró el «Día de Anita Bogan».

Pero más allá de simplemente extender la vida, la Biblia nos promete días de abundancia y plenitud. Proverbios 3:1-2 (RVA) nos otorga sabiduría, diciendo: «Hijo mío, no olvides mi enseñanza, mas guarda en tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te aumentarán».

Proverbios 9:10-11 (RVA) declara: «El temor del Señor es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santo es inteligencia. Por mí se multiplicarán tus días, y se te añadirán años de vida».

La clave para disfrutar del proceso de envejecimiento radica en cultivar una relación profunda e íntima con Dios, viviendo en armonía con Sus principios. Mientras caminamos de la mano con Él, seremos testigos de la extraordinaria transformación de nuestras vidas, abrazando cada estación con gracia y propósito.