Más de 3.000 millones de personas aún no han oído hablar de Jesús

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Descubre la impactante realidad: más de 3.000 millones de personas no conocen a Jesús y necesitan escuchar su mensaje de amor y salvación

En el Día Internacional de los Pueblos no Alcanzados, que se celebra este domingo (28), recordamos la urgencia de la labor misionera, ya que cerca de un tercio de la población mundial, aproximadamente 3.390 millones de personas, no conocen a Jesús y no tienen acceso al Evangelio.

A pesar de que la población mundial alcanza los 8.000 millones de habitantes, aún hay 17.443 grupos de personas en todo el mundo sin acceso a la Palabra de Dios. Incluso en Brasil y Latinoamérica, hay más de 200 grupos de personas no alcanzadas que necesitan escuchar el mensaje de salvación.

El término «pueblos no alcanzados» se refiere a aquellos grupos en los que menos del 2% de la población es cristiana y no hay una Biblia disponible en su idioma local. Estos grupos se enfrentan a barreras que dificultan la llegada del Evangelio, ya sea porque son difíciles de encontrar, están rodeados por una religión dominante o son difíciles de alcanzar debido a barreras geográficas o geopolíticas.

La mayoría de los pueblos no alcanzados se encuentran en la denominada Ventana 10/40, que abarca gran parte de los musulmanes, hindúes y budistas del mundo, especialmente en el norte de África, Oriente Medio y Asia. Estas regiones, a su vez, son las más pobladas del mundo.

Es fundamental que los cristianos de todo el mundo tomen conciencia de esta realidad y se unan en oración por los pueblos no alcanzados. La campaña «Un tercio de nosotros», lanzada por la Alianza para los No Alcanzados, busca difundir la causa y sensibilizar a más personas en el Día Internacional de los No Alcanzados. A través de esta iniciativa, se invita a las iglesias y las familias a participar y se brinda material educativo para aprender más sobre los no alcanzados y encontrar formas de contribuir a la Gran Comisión.

En este día, a las 13:11, los creyentes de todo el mundo se unirán en el Reto de Oración 1:11 para interceder por los pueblos no alcanzados. Recordemos que cada persona cuenta y que, juntos, podemos marcar la diferencia en la expansión del Evangelio hacia los rincones más remotos de la tierra.

Mi comentario:

Hoy nos encontramos frente a una realidad impactante: más de 3.000 millones de personas aún no han oído hablar de Jesús. Son almas preciosas que necesitan escuchar el mensaje de salvación y experimentar el amor transformador de nuestro Señor.

En este Día Internacional de los Pueblos no Alcanzados, recordemos que somos llamados a ser portadores del Evangelio a todas las naciones y grupos étnicos. Es nuestra responsabilidad cumplir la Gran Comisión y llevar la esperanza de Cristo a aquellos que aún no la conocen.

No podemos quedarnos indiferentes ante esta realidad. Necesitamos estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort, a cruzar fronteras y barreras culturales para compartir el amor de Jesús con aquellos que aún no han sido alcanzados. Dios nos ha dado el mandato y el poder del Espíritu Santo para cumplir esta misión.

Es tiempo de unirnos en oración y acción. Oremos fervientemente por los pueblos no alcanzados, para que los corazones sean abiertos y las barreras sean derribadas. Además, busquemos formas concretas de involucrarnos en la labor misionera, apoyando a misioneros, brindando recursos y siendo embajadores de Cristo en nuestro entorno.

Recordemos las palabras de Jesús en Mateo 9:37-38: «La cosecha es mucha, pero los obreros son pocos. Rueguen, por tanto, al Señor de la mies que envíe trabajadores a sus campos». Seamos aquellos trabajadores fieles y valientes que se levantan en obediencia al llamado de Dios.

Hermanos, no permitamos que la magnitud del desafío nos desanime, sino que nos impulse a actuar con mayor determinación y fervor. Cada alma que llega a conocer a Jesús es una victoria en el reino de Dios.

Hoy, en este día de reflexión y conciencia, comprometámonos a ser luz en las tinieblas, a extender el amor y la esperanza de Cristo a aquellos que aún no han sido alcanzados. Que nuestra pasión por las almas perdidas sea un fuego ardiente que nos lleve a ser agentes de transformación en este mundo.

El desafío está ante nosotros. ¡Avancemos con valentía, fe y amor, llevando la luz de Cristo a los pueblos no alcanzados!

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