Jesús es el Rey.

La salvaci?n futura se perfila de un modo ya bastante concreto en este poema en boca del anciano Jacob que se despide de sus hijos (G?nesis 49). Es la familia de su hijo Jud? la elegida por Dios para que de ella nazca el Mesías. Las im?genes del le?n y del cetro o bast?n de mando, indican que Jud? dominar? sobre sus hermanos, su tribu sobre las demás. El anuncio de Jacob se podía entender muy bien como cumplido en David, y luego en Salom?n. Pero el pueblo de Israel lo interpret? muy pronto como referido al futuro Mesías. El Salmo 72, el salmo del rey justo y su programa de gobierno, canta lo que ser? el estilo del rey mesi?nico: la justicia, la paz, la atenci?n preferente a los pobres y humildes. Además nos canta la universalidad: Él ser? la bendición de todos los pueblos y lo proclamar?n dichoso todas las razas de la tierra.
La l?nea mesi?nica estar?a ligada a la tribu de Jud?, pues en efecto aparecer? en Jesís de Nazaret en quien se cumplen todas las profec?as y esperanzas. La lista de los antepasados de Jesís (Mateo 1,1 – 17), al demostrar que pertenec?a a la casa de David, nos ayuda a entender mejor el misterio del Dios-con-nosotros cuyo nacimiento nos disponemos a celebrar, a comprender cómo Josí hab?a acogido a Jesís en su linaje haci?ndole así legal y jur?dicamente un hijo de David al aceptar la concepci?n virginal de Jesís (Mateo1,18.23 – 25). El Mesías esperado, el Hijo de Dios, la Palabra eterna del Padre, encarnado plenamente en la historia humana por la intervenci?n directa del Espíritu Santo en el vientre de Mar?a, está arraigado en un pueblo concreto, el de Israel. No es como un extraterrestre o un ?ngel que llueve del cielo, pues teniendo a Dios como Padre tiene el origen humano de ser hijo de Mar?a; pertenece con pleno derecho, porque así lo ha querido, a la familia humana.
Los nombres de esta genealog?a no son precisamente una letan?a de santos. Hay perso nas famosas y otras totalmente desconocidas. Hombres y mujeres que tienen una vida recomendable, y otros que no son nada modÉlicos; hay tantos pecadores como santos. Hay que resaltar cómo la ascendencia de Jesís va por la l?nea del pecado, la prostituci?n y el adulterio, y por la l?nea de la marginaci?n: mujeres extranjeras. Así Jesís se arraiga en la humanidad al cabo de una historia marcada por el pecado, pero también por la esperanza. Todos somos solidarios de Cristo, primero por la sangre y luego por la fe.  De veras los pensamientos de Dios no son los nuestros (Isa?as 55,8 – 9). Aparece bien claro que Él cuenta con todos, que va construyendo la historia de la salvaci?n a partir de estas personas.
Jesís se ha hecho solidario de esta humanidad concreta, d?bil y pecadora, no de una ideal y angÉlica. Se pondr? en fila entre los que reciben el bautismo de Juan en el Jord?n: es santo, pero no desdeña de mostrarse solidario de los pecador es. Trata con delicadeza a los pecadores y pecadoras. Ha entrado en nuestra familia, no en la de los ?ngeles. Ser? hijo del pueblo. No excluye a nadie de su Reino. La Iglesia de Cristo puede no gustarnos, pero no podemos escandalizarnos y rechazarla. Formamos una comunidad fr?gil, d?bil, pero encargada de transmitir y realizar el programa de vida de Cristo Jesís. Si antes de Cristo la lista era la que hemos le?do, después de Cristo no es mucho mejor: Cristo eligi? a Pedro y Pablo, Pablo eligi? a Timoteo, Timoteo a… y nuestros padres nos transmitieron la fe a nosotros, que somos fr?giles y pecadores, y nosotros la comunicaremos a otros. No es cuesti?n de mitificar la historia de la salvaci?n ni antes ni después de Cristo. Todos somos pobres personas. Lo que sí tenemos que hacer es aceptarnos a nosotros mismos, y aceptar a los demás, a la Iglesia entera, y reconocer la obra de Dios en todos.
La Navidad la celebraremos mucho mejor si sabemos hacernos solidarios de las pe rsonas que Dios ama. La salvaci?n es para todos, para las personas normales, no sÉlo para las santas y famosas, que hacen obras espectaculares. Dios eligi? también a personas d?biles y pecadoras. Jesís no reneg? de su ?rbol geneal?gico porque en Él encontrara personas indeseables.
 
¡¡¡Señor Jesís, Sabidur?a del Dios Alt?simo (1 Corintios 1,24) que diriges la creaci?n con poder y amor, ven a nosotros. Gu?anos por la senda de tu conocimiento!!!
————————————————————————
Que el Padre Dios te bendiga y te proteja, te mire con agrado y te muestre su bondad. Que el Padre Dios te mire con amor y te conceda la paz.
Juan Alberto Llaguno Betancourt
Lima – Per? – SurAm?rica


iESPAÑA
? expr?sate !

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí