Por qué votamos por quien votamos

Por qué votamos por quien votamos

 

Desde que llegué al Perú oigo decir a los propios peruanos que su autoestima es baja. Me asusta tanto esa generalización como la contraria, que afirma que los argentinos tenemos un exceso de autoestima. Digamos que si en ambos casos se agregaran las palabras pero crítica todos estaríamos salvados pues el no valorarse o el valorarse en exceso dejarían de ser un drama si conscientes de ello, fuéramos críticos para con nuestra conducta. Pero lo que aquí resulta curioso es que quienes emiten el juicio ponderativo sobre autoestimas en general no se sienten concernidos.

 

He escuchado decir, luego de la primera vuelta electoral, que Lourdes no ganó la elección porque los peruanos tienen baja autoestima. Es decir que los peruanos no creen merecer una presidenta tan magnífica y por ello, votan por candidatos que les harán sentir el peso de sus bajas calificaciones emocionales. Por supuesto que este argumento, que no escuché en el supermercado sino en una universidad, es mezquino y por sobre todo clasista. Es un argumento elaborado desde las necesidades satisfechas, y no se cuestiona si una mala familia, una mala alimentación, una mala atención médica, una mala escuela, puede producir una buena autoestima. Ni Superman, vacunado contra la kryptonita. Es evidente además que esa baja consideración de sí mismos es reforzada diariamente por los críticos profesionales de la autoestima, que con su actitud discriminatoria, hacen sentir al otro cuál es el sitio que realmente debe ocupar en la sociedad : Por si te has olvidado quién eres cholo de… negro de… igualado de… aquí estoy yo, especialista en autoestimas, para recordarte quién eres y cuál es tu lugar.

 

No recuerdo haber visto soberbias tan estúpidas y despiadadas como las presenciadas en el Perú en épocas de elecciones. Es en esa única época en la que los discriminados, los de baja autoestima, por la magia de las urnas, adquieren visibilidad para quienes de espaldas al país y frente al espejo de su bonanza y alta consideración de su persona gozan de su propia presencia y de la de su entorno social.

 

¿Se habrán tomado alguna vez, estos anémicos mentales, el trabajo de mirar la sociedad en la que viven más allá de su admirable ombligo y del privilegiado ombligo de su clase social? ¿Habrán imaginado, en alguna noche de éxtasis creativo, que las carencias modifican los comportamientos, y que pedirles a quienes nada poseen, que perciban el país como ellos es tan estúpido como imposible?

 

Se habrán creído el cuento del self made man que han difundido los gringos del norte y que se refiere, naturalmente, a personas que aun partiendo rezagadas no lo hacen, como es aquí, luchando con las desventajas dramáticas de la falta de estudios, la mala alimentación y los prejuicios y estereotipos que ya les han asignado el papel que deben irremediablemente desempeñar en la sociedad en la que nacieron.

 

En vísperas de la segunda vuelta que, infelizmente para algunos, expresa dramáticamente la realidad del país, vuelvo a preguntarme sobre las motivaciones del voto :

 

¿Cuánto de los factores que lo determinan pasa por la defensa de nuestro pequeño coto de caza? ¿Cuánto por valores como democracia, libertad, justicia? ¿Cuánto por las carencias que dificultan la supervivencia? ¿Cuántos votos en el Perú ya están prefijados en la cuna o en el cajón que cobija a los bebésí

 

Guillermo Giacosa

01 Junio 2006

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