La Parabola del Sembrador y Las Espinas

0

la parabola del sembradorLa Parabola del Sembrador y Las Espinas

«La parte que cayó entre espinos son los que oyen, pero, con el correr del tiempo, los ahogan las preocupaciones, las riquezas y los placeres de esta vida, y no maduran.» Lucas 8:14 (NVI)

La parábola del sembrador es casi un clásico de las parábolas del Señor Jesús. Escuché un mensaje sobre este tema y me impactó esta idea que me pareció buena para compartirla. La sutileza de las espinas.

De los cuatro terrenos donde la semilla (la Palabra de Dios) cae, solo uno es productivo. Los otros tres no generan resultados divinos. El primero por ser tan duro, no recibe la semilla y las aves se la roban. El segundo es un terreno rocoso con poca tierra, recibe la semilla y como tiene raíces poco profundas, se seca.

Pero el terreno donde había espinos es fértil, que representa un corazón y un alma dispuesta y con atributos. La semilla germina y crece y se fortalece. Pero no genera frutos. Las espinas lo ahogan y le impiden crecer. Frustran su desarrollo y malogran su esperanza. Una pena aún más grande que las otras dos.

Tal vez en tu análisis del 2012 te diste cuenta que muchas veces tus prioridades estaban cambiadas. Que Dios no era lo primero y lo más importante. Te faltó oración, lectura de la Biblia, comunión con tus hermanos. Y no generaste tanto como se esperaba de vos. Lucas nos describe tres razones para perder la eficiencia en la labranza divina.

Una son las preocupaciones, que son inevitables y lógicas. Te tiene que preocupar tus estudios, la novia que estás buscando, tu proyecto de casamiento, el mantenimiento de tu familia, tus logros personales, tu diversión. Dios es consciente de ello y te preparó para vivir de esa manera; EXCEPTO cuando esas preocupaciones quitan a Dios del primer lugar de tu vida.

Otra son las riquezas, Dios es un Dios generoso. Y desea que sus hijos tengamos un muy buen pasar, que disfrutemos la vida; EXCEPTO cuando tu diversión, tus riquezas o tu trabajo quitan a Dios del primer lugar de tu vida.

Finalmente están los placeres, Dios nos dio una vida abundante para disfrutarla, divertirnos, pasarla bien y regocijarnos. El desea hijos felices y satisfechos; EXCEPTO cuando esos placeres quitan a Dios del primer lugar de tu vida.

La diferencia es muy sutil cuando comenzás a deslizarte. ¡Atención! su final es terrible: te ahoga y te deja sin frutos. ¡Que tengas un 2013 de bendición!

REFLEXIÓN – Ojo con las espinas.

Bendiciones Dany

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí