3 Consejos para Crecer  en tu Vida Cristiana según la Biblia

«EL SABIO LOS ESCUCHA Y AUMENTA SU SABER…» (Proverbios 1:5)

Reconócelo, todos queremos encontrar y cumplir el destino que Dios nos ha dado; sin embargo, muchos de nosotros no lo logramos. ¿Por qué será? Porque precisa crecimiento, y:

(1) pensamos que el crecimiento es automático

Cuando somos niños, crecemos naturalmente. Durante ese periodo hay adultos como nuestros padres y profesores que nos animan a crecer diariamente. Así que nos acostumbramos a crecer. El problema llega cuando terminamos el alumnado y nadie más nos anima a crecer y mejorar. Si no te haces responsable de tu propio crecimiento, no crecerás;

(2) pretendemos que el crecimiento viene de la información

El mayor obstáculo para el crecimiento no es la ignorancia sino la ilusión del conocimiento. ¿Has tratado alguna vez con alguien ciertamente inteligente y sin embargo parecía que no hacía nada bueno para el Señor, para él mismo o para los demásí Tales personas son como una enciclopedia, llena de conocimientos pero sin valor por no haber sido aprovechada nunca;

(3) tenemos el concepto de que el crecimiento viene con la experiencia

Es como un arquero que lanza las flechas lejos de la diana creyendo que está mejorando sólo porque sigue disparando… No, ¡la experiencia es provechosa solamente si aprendes de ella y empiezas a lograr tu objetivo! El compositor y ganador del premio Pulitzer Gian Carlo Menotti dijo: «El infierno empieza el día en que Dios nos da una clara visión de todo lo que podríamos haber conseguido, de todos los dones que hemos desaprovechado, de todo lo que podríamos haber hecho y no hicimos»… No acabes tu vida arrepintiéndote de tanto tiempo y oportunidades que has perdido. Ora, lee la Biblia y ¡trabaja diariamente en tu crecimiento personal!

«EL SABIO LOS ESCUCHA Y AUMENTA SU SABER…» (Proverbios 1:5)

Si te tomas en serio el crecimiento, aquí tienes cuatro cosas que debes hacer:

(1) Comprometerte a cambiar

La mayoría de nosotros quiere que las cosas mejoren sin tener que cambiar nada. Para crecer, no sólo necesitas comprometerte a aceptar cambios, ¡sino a buscarlos! Escucha: «…vamos adelante a la perfección…» (Hebreos 6:1b).

(2) Centrarte en tus puntos fuertes

Peter Drucker dijo: «El gran misterio no es que la gente hace las cosas mal, sino que ocasionalmente las hace bien. Lo único que es universal es la incompetencia. La virtud siempre es específica. Nadie ha comentado jamás que el genial violinista Jascha Heifetz no tocaba bien la trompeta». Si intentas ser bueno en todo, acabarás por no ser bueno en nada. Dios te dio determinados dones. ¡Encuéntralos y úsalos para su Gloria!

(3) Moverte en un ambiente favorable al crecimiento

Ciertos peces crecen de acuerdo al tamaño de su entorno. Si los pones en una pecera pequeña, se quedarán pequeños. Suéltalos en el océano y crecerán hasta que sean como deben ser. ¡Tú también eres así! Si pasas el tiempo con las personas equivocadas en el lugar inapropiado y haciendo cosas que no debes, nunca experimentarás crecimiento.

(4) Aprender a disfrutar del «viaje»

Muchos de los grandes maestros del ajedrez aprenden y reaprenden sus jugadas por un periodo de quince años antes de ganar su primer titulo mundial. ¡Eso conlleva casi una cuarta parte de sus vidas! Si vas a pasar tanto tiempo haciendo algo, ¡será mejor que te guste! Si el «destino» te atrae pero no estás disfrutando del «viaje», lo más sabio es buscar la dirección de Dios y asegurarte de que vas en la «dirección» correcta.