¿Cómo Vencer El Temor Según La Biblia? Principios Bíblicos

temor-miedo-biblia-versiculos-biblicos-devocional-estudios-biblicos
¿Cómo Vencer El Temor Según La Biblia? Principios Bíblicos

«El temor lleva en sí castigo» 1 Juan 4:18 (Reina Valera)

La famosa columnista Ann Landers, famosa por sus consejos, recibía aproximadamente diez mil cartas cada mes. Cuando le preguntaron cuál era el problema más común entre sus lectores, su respuesta fue clara: «El temor. Las personas temen perder su salud, su prosperidad, a sus seres queridos. Muchos temen la vida misma». Si lo permites, el miedo te controlará. «El temor lleva en sí castigo», y a menos que rompas el poder del temor, seguirá atormentándote. Cuando el temor domina tu vida, te impide disfrutar de tus actividades y, sin duda, no puedes disfrutar de las bendiciones de Dios.

La Dra. Caroline Leaf señala que el miedo desencadena «más de 1.400 respuestas físicas y químicas conocidas y activa más de treinta hormonas y neurotransmisores diferentes». Es la raíz de todo nuestro estrés. Cuando el miedo nos lleva a una respuesta de estrés, realmente está «sumergiendo» nuestro cuerpo en sustancias químicas tóxicas. Esto, por supuesto, es terriblemente insalubre y amenaza nuestro bienestar físico.

El miedo a no ser aceptado por los demás puede hacer que adoptes una personalidad falsa, sofocando tu verdadero yo y ocultando la verdadera identidad que Dios te ha dado. El miedo al fracaso puede impedirte intentar cosas nuevas o esforzarte más de lo que te sientes cómodo. El miedo al futuro puede hacer que no disfrutes de tu vida actual. El temor es un espíritu, y no proviene de Dios. «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Timoteo 1:7). Rechaza el espíritu de temor. Acepta el poder de Dios, cree en su amor incondicional por ti y comienza a ejercer la «mente sana» que Él te ha dado. Hoy, rechaza la existencia del dominio del temor en tu vida.

«El Señor está de mi lado; no temeré» (Salmos 118:6 RV1960).

Dios te creó para una vida de crecimiento, de fe y avance. Pero debes dar pasos de fe. Y no puedes hacerlo si te conformas con vivir en «la zona de confort». Incluso cuando sientas miedo, ¡no permitas que te detenga! ¡Si sientes temor hazlo de todos modos! Tal vez puedes preguntarte: ¿Alguna vez dejaré de tener miedo?. Sí, cuando llegues al cielo. Sentir miedo es parte de estar vivo. Experimentarás miedo cuando intentes algo por primera vez, cuando los obstáculos parezcan insuperables, o cuando sientas que tus recursos no son suficientes para el desafío. Nada de esto significa que eres cobarde; solo significa que eres humano. Eres cobarde solo cuando dejas que la fuerza espiritual del temor controlen tus acciones y decisiones. Sentir miedo no es más que la tentación de huir de lo que debes enfrentar. Sentir miedo no es lo mismo que tener temor, porque tener miedo significa permitir que los sentimientos de temor te controlen. Pero no tienes que permitirlo. Puedes sentir ira y decidir no actuar en consecuencia, y en su lugar responder con perdón y amor. De la misma manera, puedes sentir temor y no dejar que controle tus decisiones. Dios ha dicho: «Nunca te dejaré ni te abandonaré». Por lo tanto, podemos decir confiadamente: ‘El Señor es mi ayudador; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?» (Hebreos 13:5-6). Fíjate en esas dos frases: «Dios… ha dicho» y «podemos decir confiadamente». Por lo tanto, apóyate en la Palabra de Dios hoy y declara: «No viviré más con temor».

«El amor perfecto echa fuera el temor» 1 Juan 4:18 (RV1960).

Cuando Dios dice: «No temas», básicamente está diciendo: «Tendrás que enfrentarte el temor, pero puedes superarlo. Puedes actuar a pesar de él». La Biblia dice: «Perfecto amor echa fuera el temor». A veces, erróneamente, pensamos que esta escritura significa que si amamos a Dios de manera perfecta, no tendremos temor. Pero, en realidad, el único amor perfecto es el amor de Dios por ti. Y es incondicional. Saber que Él siempre te ama, que está a tu lado, que te defiende, te apoya y ha prometido bendecirte en todo lo que hagas, es lo que echa fuera tu temor. Y hace algo más: fortalece tu fe. «Sin fe es imposible agradar [a Dios]» (Hebreos 11:6). Cuando sabes que Dios está contigo, empiezas a elevarte por encima de tus miedos y temores. Cuando el temor llame a tu puerta, deja que la fe responda: no puede entrar. Por eso necesitas meditar continuamente en la Palabra de Dios y llenar tus palabras de fe. Si estás acostumbrado a dejar que tu mente vaya a donde quiera, meditar en la Palabra de Dios requerirá la formación de un nuevo hábito. No te desanimes si descubres que tienes buenas intenciones, pero muchos fracasos. La Biblia dice: «Por la fe andamos» (2 Corintios 5:7). ¿Cómo aprendiste a caminar? Te levantaste una vez más de las que te caíste, hasta que finalmente lo lograste. Cuando te propones hablar palabras de fe que desafían el temor, el Espíritu Santo vendrá en tu ayuda y te fortalecerá. Como dice un pastor: «El valor no es la ausencia de miedo, es el avance a pesar de él». Así que sigue avanzando, ¡y lo lograrás!

«Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?» Romanos 8:31 (RV1960)

Para superar el temor, debes creer que Dios está contigo. Es la clave de tu capacidad para obedecer lo que Él te pide que hagas. A medida que confías en que Él está contigo, tu miedo disminuirá. Cuando David se ofreció para luchar contra Goliat, el rey Saúl le dijo: «No eres capaz de ir contra ese filisteo… porque tú eres un joven, y él un hombre de guerra desde su juventud» (1 Samuel 17:33 RVA). David respondió: «El Señor… me librará de… este filisteo» (v. 37 RVA). No estás solo en esta batalla; el Señor está contigo. Cuando te convenzas de eso, tu temor disminuirá. Es posible que no siempre sepas lo que Dios hará, pero puedes descansar sabiendo que Él hará lo que sea necesario en el momento oportuno. Cuando piensas en el futuro y todas las incertidumbres que te rodean, es fácil sentir miedo. Pero puedes verlo de dos maneras. Puedes ser pesimista y temeroso, o puedes decirte a ti mismo: «La batalla es del Señor, y Él nunca ha perdido una batalla». Es posible que tú no siempre sepas qué hacer en una situación difícil, pero Dios sí. Él conoce todo antes de que suceda, y ya ha planeado tu liberación. Solo da un paso a la vez, confiado en que Él te está guiando. No necesitas ver o sentir a Dios para creer que Él está contigo. La fe es un asunto del corazón, más que de los sentidos naturales. ¡Dios está contigo! Créelo y niégate a vivir con miedo.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí