Este año vive de acuerdo a las Bienaventuranzas. Parte 8
«BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN POR CAUSA DE LA JUSTICIA…» (Mateo 5:10)
En el Parque Nacional de Yellowstone (EE.UU.), hay un curioso pino llamado «Logdepole». Sus piñas se quedan en el árbol durante años. Y aun después de caer al suelo siguen cerradas. Sólo se abren cuando están expuestas a un calor intenso. Cuando se produce un incendio forestal y los árboles se queman, el calor abre las piñas. Lo curioso es que éstas son los primeros elementos que ayudan a la naturaleza a repoblar el bosque. Jesús dijo a sus discípulos: «Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mateo 5:10). Dentro de cada uno de nosotros hay un potencial que sólo sale a la luz en medio de la presión intensa o de la prueba de fuego.
Job comprobó tal realidad cuando Dios permitió que satanás lo probara. El patriarca perdió todo lo que tenía, incluido a sus hijos. Y por si fuera poco, tuvo que soportar el desdeño de su esposa y de sus amigos a causa de su fe inquebrantable. Cuando acabó la prueba, Job, que recibió el doble de lo que había perdido, oró así: «De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven.» (Job 42:5).
Una cosa es oír cómo actúa el Señor basado en la experiencia ajena, y otra es experimentarlo de primera mano, cuando te preguntas: ‘¿Qué hice para merecer esto?’ o cuestionas: ‘Si Dios está aquí, ¿por qué me pasa esto?’ Pues por tres razones:
1) Porque es en medio del fuego donde descubres las diversas facetas del carácter y del cuidado de Dios.
2) ¿Qué es lo que transforma el humilde carbono en diamantesí ¡El calor y la presión!
3) En el fuego de la prueba te das cuenta de que aunque los demás te abandonen, Dios sigue siendo fiel.
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