[devocional-miercoles] 15 de Febrero de 2006 – El pan sobre las aguas.

Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás. Eclesiastés 11:1.

El pan sobre las aguas

       ¿Verdaderamente se podrá hallar, después de muchos días, el pan que se echa sobre las aguasí Debemos entender lo que significa esta expresión. En la antigüedad, los egipcios echaban su pan, es decir, los granos de trigo, en los campos inundados por las aguas del Nilo. La semilla así esparcida no se perdía; al bajar las aguas, el trigo permanecía en el lodo, germinaba y daba una rica cosecha.
       Para nosotros este pan es la Palabra de vida y las aguas nos hablan del mundo en su estado de turbación y agitación. Y es adonde el Señor nos envía para difundir el Evangelio, liberalmente (Eclesiastés 11:2), sin mirar a las dificultades (v. 4), sin hacernos preguntas (v. 5; Juan 3:8) y sin relajar nuestro esfuerzo (v. 6).

Hace algún tiempo me encontré con un joven que distribuía folletos evangélicos. Me dijo de dónde venía, y como yo conocía el lugar, le conté que una vez había predicado el Evangelio allí. Él se alegró de que nos encontrásemos, porque había oído esa predicación cuando todavía era un muchacho. En aquella oportunidad yo había afirmado que no cualquiera iría al cielo, sino sólo los que confesaran sus pecados ante Dios. Este pensamiento lo había impresionado y no estuvo tranquilo hasta tener la seguridad de su salvación.

Después de mucho tiempo este encuentro me permitió ver un resultado de dicha predicación. Sí, ?después de muchos díasí se muestra el fruto, y si no lo vemos en este mundo, lo veremos en la eternidad.

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