MINISTERIO MUJER – OREMOS Y LA VIDA DE ORACION

OREMOS

Nuestra amiga y hermana en Cristo Jesùs, Beatriz nos pedi que le apoyemos en oraciòn:
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Pidamos a Dios por la vida y el ministerio del Pastor Marvel, para que sus emociones y sentimientos sean equilibrados,
*Que Dios trate con su vida,
*Que lo rodee en todo momento con su palabra y consejo,
*Que permita que el Espìritu Santo tome control total de sus sentimientos y emociones y que se deje guiar por el Espìritu Santo en todo momento,


* Que sea Dios mismo confirmandole sus promesas.
*Que lo rodeen buenas amistades
*Que el Señor le guìe a tomar una decisiòn sabia y correcta,
Que el Señor les guìe en oraciòn por èl, toda esta semana estoy orando tanto por èl como por la Congregaciòn La Palabra de Fe, del Callao – Perù.
Gracias por apoyarme en oraciòn.
Dios los bendiga.

 

LA VIDA DE ORACION
Solamente una vida de oración es una vida fructífera, ya que nuestras obras nos siguen en el otro mundo.
Y es que una vida de oración está unida íntimamente con Jesús, que nos dice: «El que permanece en mí, este lleva mucho fruto» (Juan 15:5).
No es bastante que por la mañana ofrezcamos a Dios nuestro día con la oración y que luego, a lo largo de de la jornada, desentendidos de Él, nos enfrasquemos en nuestros planes, trabajos y pensamientos. No, la oración es la respiración del alma, y respirar tiene que hacerse constantemente, pues sino no se puede vivir. Llevar una vida de oración es poder decir: mi alma trata con Dios en todo lo que el día me trae y me traerá. Orar es un diálogo del alma con Dios. Una vida de oración es un constante diálogo del alma con Dios.
El alma que ora es un alma que está en Dios y no depende de los hombres ni de las cosas, sino solo de Dios, y que con Él y desde Él se acerca a los hombres y a las cosas y las pone bajo su bendición y en su presencia. La persona que ora es una persona bendita y que trae bendición, ya que todo aquello con lo que entra en contacto lo pone en la presencia de Dios, bajo su luz y en sus manos que bendicen. ¡Sí, es bendita la persona que todo lo pone bajo una atmósfera celestial y deja que todo sea marcado por ella!
Una persona que vive constantemente en la santa actitud de orar, está unida a Dios y, por ello, es una persona pacífica, llena de gozo y confianza..
Ciertamente, hay personas que saben lo que es la batalla de la oración y, sin embargo, no llevan una vida de oración. Conozco algunas que, después de haber orado intensamente, parecen descansar y en su habla y en su hacer no mantienen la actitud de la oración. Y es que no son consecuentes con lo que dice la Escritura: «Todo lo que hagáis en palabras y obras, hacedlo en el nombre del Señor Jesús».
Estando Dios siempre presente y siendo siempre el mismo, podemos, si nuestra actitud es consecuente, permanecer siempre en total dependencia de Él, oír sus mandatos y orientaciones. Podemos estar pendientes siempre de sus bendiciones y así permanecer en la paz y la alegría.
Dios no tiene interés en que nos empeñemos solamente unas horas en las luchas de la oración ?aunque esto es muy importante? sino que lo que quiere es que toda nuestra vida sea una vida de oración, como la de Enoc, del que se dice: «Caminó Enoc con Dios». Y esto le complacía al Señor y por eso fue llevado por Él.
¿Podríamos imaginarnos a personas que se quieren y que no mantienen conversación entre ellasí Si nosotros amamos a Jesús, hablaremos con Él de todos nuestros asuntos, se lo presentaremos todo en oración y lo someteremos todo a su bendición.
Cuando un buen hijo va a la escuela o a otro sitio, se despide rápidamente de su madre y recibe con agrado una cariñosa palabra de ella que lo acompaña en su camino, porque el niño ama y respeta a su madre. Así hacen también las almas que aman a Jesús. Si lo amamos y lo reverenciamos de veras, se demostrará en que, al igual que el hijo que vuelve siempre a la madre, nosotros correremos hacia Él y le pediremos su bendición para toda nueva empresa o proyecto que emprendamos en nuestro camino.
¡Qué enorme privilegio es este, gracias al cual nuestra pecadora, pobre y corta vida puede transcurrir en comunión con Dios! ¡Qué beneficio el poder conseguir la bendición del Todopoderoso por medio de la oración!
¿Para qué nos ha sido dada la vida? Para que sea una vida de oración. ¡Vida santa de comunión, que todo lo comparte con Él, el «más bello de los hijos de los hombres», Jesús, vivió en la comunidad a través de la oración, de petición, alabanza, intercesión! El alma canta jubilosa: «Hagamos todo con Él, descansemos en Él, vivamos en Él, muramos en Él. ¡Que sea ahora ?y en todo momento de nuestra vida? el nuestro más íntimo compañero y nuestro Señor!»
Tomado del libro: El poder de la oración de M. Basilea Schlink, Editorial Clie.

   

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