Una mañana muy fría, en Corea, unos soldados se alinearon cerca de un camión-cocina para recibir su almuerzo. El corresponsal de un periódico se quedó mirando a un soldado barbón, cubierto de lodo y muy cansado. Después de un momento de estar mirando al soldado, el corresponsal le dijo: «Si yo pudiera lograr que Dios le diera a usted lo que más desea, ¿qué le pediría?». El soldado permaneció en silencio por unos instantes mientras la esperanza renacía en su corazón, y después respondió lentamente: «Le pediría que me diera el día de mañana».
Hay pruebas, hay dolor, hay desesperación, cuantos de nosotros hemos querido tirar la toalla en este momento, no vemos respuesta y todo nos causa dolor, a lo mejor estamos pasando por un dolor físico, algún familiar o amistad falleció, no tenemos trabajo o simplemente nos sentimos con alguna depresión física.
Simplemente hoy cargamos con un gran dolor, pero el día de mañana tendrá su fruto, solo entreguemos a Dios el Hoy, mañana nos reiremos del ayer sabiendo que nuestro dolor y angustia fue quitado.
Dejemos que Jesús sea quien tome nuestra vida y nuestro hoy, Dios ya nos dio una felicidad, Jesús es nuestra Felicidad, solo esta que la reclamemos.
Mantén los ojos en el Señor Espera con ilusión el Cielo, y te ayudará a soportar algunas de las cargas y pruebas por las que pasas ahora, al darte cuenta de que sólo durarán un momento! Ahora ves por espejo, oscuramente, pero dentro de poco todo estará claro y comprenderás (1Cor.13:12).
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