Jesús nos enseñó a orar correctamente. Parte 4

Jesús nos enseñó a orar correctamente. Parte 4

«LÍBRANOS DEL MAL…» (Mateo 6:13)

Jesús nos enseñó a orar: «No nos metas en tentación, sino líbranos del mal» (Mateo 6:13). Satanás sabe cuáles son tus áreas débiles, y las explotará. Lo bueno es que son precisamente tus debilidades, y no tus capacidades, las que te acercarán más a Dios y harán que dependas más de Él. Escribió Pablo: «…Me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo» (2 Corintios 12:9). A primera vista, este versículo no tiene mucho sentido. Queremos estar libre de las debilidades, no presumir de ellas. Pero Pablo nos da algunas razones para ese modo de pensar:

1) Tus debilidades frenan tu orgullo. Según Pablo: «Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltara, me fue dado un aguijón en mi carne… para que no me enaltezca» (2 Corintios 12:7). Es normal encontrar una debilidad al lado de una virtud, haciendo de contrapeso para evitar que te hagas vanaglorioso o te adelantes a lo que Dios quiere. Gedeón escogió 32.000 hombres para luchar contra los medianitas, pero Dios redujo su número a 300 (Jueces 7). Lo hizo para que Israel se diera cuenta de que había sido el poder del Señor, y no el suyo, el que les había dado la victoria.

2) Tus debilidades crean relaciones. Tus luchas ponen de manifiesto la gran necesidad de los demás. Según Vance Havner: «Los cristianos son como copos de nieve; por sí solos son algo muy frágil, pero cuando se juntan pueden parar la circulación.»

3) Tus debilidades te permiten ayudar a los demás. Son precisamente los quebrantados los más indicados para ayudar a restaurar a otros. Tu ministerio más eficaz será fruto de tus experiencias más dolorosas. Las áreas con las que más luchas, son normalmente las que Dios usará para que ayudes a otros.

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