FRENAR TU LENGUA CON LA PALABRA DE DIOS
¡Tú puedes reformar tu lengua! Empieza por imitar a Jesús en tu conversación.
Jesús habló con palabras amables:
Todos lo aprobaban y se quedaban maravillados, mientras esta proclamación de la gracia de Dios salía de sus labios. Y decían, ¡Pensar que es el hijo de José! (Lucas 4:22 Biblia Latinoamericana).
Jesús habló con palabras de autoridad:
Su manera de enseñar impresionaba mucho a la gente, porque hablaba como quien tiene autoridad, y no como los maestros de la Ley (Marcos 1:22 Biblia Latinoamericana).
Su boca carecía de malicia:
Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca. Cuando proferían insultos contra él, no replicaba con insultos; cuando padecía, no amenazaba, sino que se entregaba a aquel que juzga con justicia (1 Pedro 2:22-23 NVI).
Palabras de sabiduría:
Mi boca hablará con sabiduría; mi corazón se expresará con inteligencia (Salmos 49:3 NVI).
Palabras que describen las obras de Dios en vez de las preocupaciones mundanas:
Se hablará del esplendor de tu gloria y majestad, y yo meditaré en tus obras maravillosas (Salmos 145:5 NVI).
Palabras sobre la Palabra de Dios. Habla sobre lo que estás aprendiendo y de lo que hace la Palabra en tu vida:
Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos (Salmos 119:172 NVI).
Palabras de Consuelo:
Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras (1 Tesalonicenses 4:18 NVI).
Palabras sobre el Reino de Dios:
Que hablen de la gloria de tu reino; que proclamen tus proezas (Salmos 145:11 NVI).
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